El Bernabéu no admite sorpresas (Real Madrid 3 – Levante 0)
Once minutos tardó Cristiano Ronaldo en romper la muralla de Caparrós. Keylor Navas amargó la tarde a Benzema, pero no pudo impedir que Marcelo, de gran derechazo cruzado, marcase nada más regresar de vestuarios. A falta de quince minutos, Nikos marcó en propia puerta. La lesión de Carvajal deja a los blancos sin laterales diestros.
Había anunciado rotaciones Carlo Ancelotti, pero tras el pinchazo del Barcelona y el triunfo del Atlético de Madrid puso en liza a toda su artillería, con la buena noticia de Varane –sustituto de Pepe- disputando dos encuentros en la misma semana. En los primeros tres minutos ya habían forzado los blancos un par de saques de esquina, producto de la ambición con la que salieron los locales. El trivote de Caparrós ofrecía poca consistencia y el duelo entre Ronaldo y Keylor Navas no tardó en llegar. La primera fue detenida por el costarricense, pero no la segunda, cuando el portugués cabeceó un córner. Cristiano se suspendió en el aire para poner el esférico pegado al palo y romper la muralla levantina a los once minutos.
Siguió percutiendo un ambicioso Real Madrid, con un fútbol vertical, lo que favoreció la exhibición de Navas, un guardameta con reflejos excepcionales, cuya mejor intervención fue al filo del descanso con un cabezazo picado de Benzema que, en una sorprendente intervención, desvió lo justo para que el esférico se fuese al poste. Los merengues intercambiaban posiciones, alternaban los pases largos con el juego al pie y ofrecían una exhibición a la que sólo le faltaban los goles. Su dominio no permitió que los visitantes se acercaran con peligro al área de Diego López que, no obstante, se complicó en una jugada en la que no acertó a retener el balón y, tras el despeje final, terminó arrollando a un rival.
Comenzó la segunda parte con los levantinos más adelantados, pero a los tres minutos recibían un mazazo a sus esperanzas. Ronaldo juega por la izquierda, se lleva a dos jugadores y deja el balón a Marcelo Vieira que, tras un quiebro con la cintura ya dentro del área, envió un derechazo cruzado imposible para el meta más en forma del campeonato. Un resultado mucho más acorde con lo acontecido en el terreno de juego, que permitió a Sergio Ramos forzar la quinta amarilla para estar limpio de cara al clásico, y al técnico mover el banquillo. Antes, llegó la expulsión de Navarro por una entrada por detrás en la que volteó a Cristiano.
El tercero, ya con Nacho por Varane e Isco por Modric, se convirtió en propia meta. Nikos certificó un gran remate a centro de Marcelo y puso la alfombra roja para que los locales conservasen el liderato. Ronaldo, insaciable, mandó el esférico al larguero en el noventa mientras que Carvajal se retorcía de dolor por una lesión en su pierna derecha que no tiene muy buena pinta.
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