Saltar al contenido

Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! (Les garçons et Guillaume, à table!) (***)

24 marzo 2014

Sus padres querían que fuese una niña, pero se trata de varón al que educaron como si perteneciera al sexo femenino. De ahí su conflicto de personalidad. De todas formas, este protagonista que luce un complejo de Edipo llevado al límite, sabe si un hombre es guapo pero se emociona cuando tiene a su lado a una mujer. Sin embargo, no quiere disgustar a su madre.

Más de dos millones y medio de entradas vendidas en Francia, así como cinco premios César, incluidos mejor película y mejor actor, avalan esta ópera prima de Guillaume Gallienne. Se trata de un actor de la Comedie Française curtido en más de una decena de películas pertenecientes a géneros tan dispares como El señor Ibrahim y las flores del Corán, María Antonieta, Quiero ser italiano, o la última entrega de Astérix y Obélix.

Gallienne adaptó a la gran pantalla con evidente éxito, una función propia y con muchos pasajes autobiográficos, al tiempo que se ha reservado el papel de protagonista y el de su madre, con quien mantiene una estrecha relación. No quiere contrariarla y por ello se considera una mujer. Sólo porque su madre, que ya había dado a luz a dos varones, deseaba tener una niña. De este modo, se crió como una fémina y, ya siendo un adulto, sus conocidos le consideran homosexual. La figura del padre se queda en un deliberado segundo plano, así como el resto de personajes, ya que las relaciones del protagonista se reducen, principalmente, a su progenitora y a las dos personas –hombre y mujer- que contribuirán a que defina con firmeza su sexualidad.

El autor parte de su función teatral, un monólogo, que comparte con la puesta en escena cinematográfica. Muestra suficiente talento como para que, aun evidenciando su procedencia, de la sensación en un alto porcentaje de que se trata de una historia pensada exclusivamente para el cine. Y lo hace con un humor de altura, inteligente, que alterna con el melodrama sin caer nunca en lo patético. Pocas veces el complejo de Edipo se ha tratado en el séptimo arte con dosis de tan alta comedia.

El travestismo se ha mostrado en el celuloide tanto desde el punto de vista dramático –Mi querida señorita– como del humorístico-Tootsie-, pero casi nunca con tanta sensibilidad como en este caso. Remite esta historia a otras muchas propuestas, que podrían arrancar incluso con La tía de Carlos, en la que Paco Martínez Soria se encargaba también de dos personajes. También podría darse la mano con algunas de las cintas protagonizadas por Andrés Pajares o Alfredo Landa. La diferencia es que no hay escotes ni baboseos. Gillaume se queda prendado de un heterosexual y siente que no le haga caso; luego, tendrá su primera experiencia con una mujer. Encontrarse a sí mismo pasa por lo que menos desea en el mundo, desairar a su madre, que justifica el título cuando llama a sus hijos a la mesa y diferencia a Guillaume de sus hermanos varones.

Una interesante comedia, divertida y original, aunque sin alardes y muy lineal. Sin embargo, destaca por el talento de su adaptación cinematográfica y la buena actuación de Guillaume Gallienne que, como Juan Palomo, él se lo guisa y se lo come. Sobrepasada la cuarentena, representa una edad muy superior a la que requiere su personaje, pero en un film con una propuesta tan insólita, tampoco desentona.

From → General

One Comment
  1. pdef permalink

    Reblogueó esto en .

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: