Los favores al Barça se protestan hasta en la Ciudad Condal
Aguantó el Espanyol hasta que, a falta de un cuarto de hora, un penalti permitió que Messi marcase en el único escenario que le restaba. Dudosa pena máxima, aunque no se midió por el mismo rasero un empujón de Mascherano en la primera parte. Kiko Casilla, con los cambios agotados, fue expulsado en los últimos minutos.
La presión inicial de los blanquiazules se vio contrarrestada por el fútbol control de los visitantes, que se entregaban a la inspiración de Messi y Xavi. El argentino tuvo nos ocasiones pero la zaga españolista se mostró rápida y expeditiva para conjurar el peligro. El once de Aguirre estaba pensado para atacar, con un centro de campo muy ofensivo que le imposibilitaba el equilibrio en la medular. Cuando el Barça escondía el esférico e iniciaba los rondos se mascaba el peligro y el público silbaba a los de Martino, y al colegiado cuando no amonestó a Piqué por una mano tan clara como voluntaria.
La posesión era escandalosamente favorable a los azulgrana; también las ocasiones. Neymar envió alto a puerta vacía. Una más para los suyos a cambio de un sombrero y posterior disparo incontrolado de Pizzi cuando Simao estaba presto para abrir el marcador. La más clara de los pericos resultaba una isla en medio de la superioridad culé. El portugués también erró, en el minuto de Jarque, un gran servicio de Sergio García, auténtico inspirador de los suyos. Los contragolpes locales amenazaban a esas alturas la seguridad de Piqué y Mascherano quien, en el minuto 23, cometió un penalti flagrante sobre Javi López que obvió Clos Gómez.
El respetable celebró, bufandas en alto, el empate con el que se llegó al descanso. El buen planteamiento táctico de Aguirre se terminó imponiendo en la primera mitad y, en cuanto el Barcelona dejó de sobar el balón, fueron los de Cornellá-El Prat quienes se sintieron más cómodos sobre el césped durante el último cuarto de hora.
La lesión de Héctor Moreno, relevado por Sidnei, modificó los planes de los locales, que hasta ese momento amordazaban a un Barça que no daba ese puñetazo en la mesa necesario para amedrentar a sus eternos rivales. Sin ese paso adelante, la conexión con Messi se antojaba imposible. Alex Fernández por Pizzi fue el segundo cambio local, al tiempo que Colotto, con una amarilla anterior, acumulaba acciones para irse a la ducha antes de tiempo.
Al ecuador de la segunda parte se llegaba con el resultado inicial, lo que desesperaba a Martino que ordenó calentar al tocado Iniesta. Dejarse media liga en Cornellá resultaba especialmente doloroso, aunque los suyos habían pasado otra vez a ser dominadores. Tanto, que Piqué se encontró con el larguero en un remate de volea dentro del área. En la jugada siguiente, en un balón que iba para Neymar, Clos señaló penalti por mano de Javi López, aunque primero le golpeó al brasileño en su brazo. Messi aprovechó para marcar en el único coliseo que resistía y dejaba a su equipo líder de forma provisional.
Los males para el español se incrementaron cuando Casilla tocó el balón con la mano fuera del área, lo que significó su expulsión. Con los cambios agotados, Javi López se colocó bajo los palos entre el grito unánime de Manos arriba esto es un atraco. Le dio tiempo a detener dos remates de Alexis Sánchez.
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