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Escobar: Paraíso perdido (Escobar: Paradise Lost) (***)

10 noviembre 2014

Un joven surfista, que viaja a Colombia para instalarse con su hermano y la novia de este, se convierte en sobrino de Pablo Escobar, un político que ayuda a los pobres pero que tampoco esconde su gran fortuna. La pareja advierte que el dinero llega del narcotráfico, actividad subrayada con la sangre de sus enemigos por parte de los sicarios del capo del cártel.

Esta coproducción entre Francia, España y Bélgica nos muestra a un director debutante al que habrá que tener en cuenta de cara al futuro. Andrea di Stéfano no es un jugador de fútbol sino un actor al que hemos visto, entre otras películas en Antes de que anochezca y La vida de Pi. En su debut como director salva una historia con muchas lagunas, convirtiéndose en la gran estrella de la función junto a un Benicio del Toro que se hace dueño de la pantalla y ofrece una de sus mejores interpretaciones, incluso a la altura del mítico Javier Rodríguez de Traffic.

Que nadie espere en este film un biopic de Pablo Escobar, quien fuera en su día el narcotraficante más buscado. En realidad, su presencia viene a rellenar una propuesta romántica revestida con un potente thriller. De ahí el mérito de su director ya que su propio guion dibuja con profundidad sus dos personajes centrales, dejando el resto bastante incompletos con la única salvedad de Drago, la mano derecha de Escobar, encarnado con seguridad por el español Carlos Bardem.

La historia se centra en Nick Brady –Josh Hutcherson-, un joven canadiense, que no se cansa en repetirlo ante la fobia por los estadounidenses, quien ha viajado a Colombia para establecerse con su hermano Dylan -Brady Corbet- y la pareja de este, encarnada por Ana Girardot. Dylan es un enamorado del surf, pero una lesión de rodilla le impide practicarlo porque se conforma con montar un chiringuito en la playa y ver como Nick enseña a sus alumnos. Mientras montan su negocio, el protagonista conoce a María –Claudia Traisac-, de la que se enamora.

Ella está deseando que Nick conozca a su tío, un político en ascenso llamado Pablo Escobar, muy querido por el pueblo gracias a sus obras sociales. Vive instalado en la opulencia gracias al narcotráfico y a sus actividades delictivas, que pasan porque sus hombres asesinen a quien intente oponerse a él o a los suyos. El hombre, cuya cabeza es la mejor pagada por parte del Gobierno de Washington, está dispuesto a entregarse, pero antes quiere dejar previsto hasta el más mínimo detalle, y eso afecta a sus más allegados, quienes deben de sellar su fortuna antes de ser eliminados.

La historia de amor no funciona como debiera. Tanto María como Nick son demasiado ingenuos y a ese aspecto contribuye el irregular Hutcherson que, como en Los juegos del hambre alterna secuencias en los que parece demasiado frágil con otras en las ofrece mayor sensación de dureza, aunque casi nunca llega a la que requiere su personaje. Otra cosa es el aspecto de thriller con el que está revestida esta producción. La apuesta de Di Stéfano por ese género resulta más que efectiva, hasta el punto de que logra olvidar los muchos defectos que alberga este film.

La labor de dirección, muy por encima del guion solo tiene contrapartida en la personalidad de Benicio del Toro como actor. En cada fotograma que aparece, se hace el amo de la pantalla; cuando no está, se le echa de menos. Ese es el mérito indiscutible de un formidable trabajo.

From → Cine

2 comentarios
  1. Me encantó tu crítica y el filme. En verdad es otra perspectiva y es lo que más destaco frente a ella. Es una historia de amor, pero en el mundo de Escobar es como a él se le de la gana. Tanta inocencia viviendo en alrededor del capo. Saludos

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  2. pdef permalink

    Reblogueó esto en Gol&Goal.

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