La mecánica del corazón (Jack et la mécanique du coeur) (****)

Jack nació en Edimburgo durante el día más frío de 1874. Vino al mundo con su corazón helado y la partera que ayudó en su alumbramiento sustituyó su órgano vital por un reloj de cuco que le ayuda a mantenerse con vida. Sólo ha de cumplir tres reglas: no tocar las agujas, no enfurecerse y no enamorarse jamás.

Para su primera película, los realizadores Stéphane Berla y Mathias Malzieu, adaptaron la novela de este último, que se mantuvo durante más de veinte semanas en las listas de libros más vendidos de Francia. Posteriormente, el grupo Dionysos, cuya primera voz es el propio Malzieu, lanzó un álbum en el que se contaban varias historias de monstruos imaginados por la banda. Contaba con importantes colaboraciones, como las del ex futbolista y actor Eric Cantona, Jean Rochefort, y Olivia Ruiz, la pareja del cantante, quien interpreta diversos temas de la película, incluidos algunos fragmentos en español.

El trabajo de Dionysos inspiró a Tim Burton y buena parte de La novia cadáver se la debe agradecer a ese disco. A cambio, esta producción se inspira en el trabajo del cineasta californiano. Sus escenarios son abigarrados, barrocos, alejados de la simetría y las siluetas se antojan más redondeadas que sus angulosos fondos. El resultado es un musical que mezcla varias técnicas de animación y resulta hermoso en la forma, brillante en su apartado musical y ciertamente inspirado en su guion.

Una mujer de Edimburgo, en el día más frío de1874 se encamina a una colina donde vive una comadrona, Madeleine, con fama de bruja. Atiende el parto, pero el bebé, Jack, nace con el corazón congelado. Madeleine, auténtica experta en reparar ciertos defectos, suple el órgano del niño con un reloj de cuco, lo más parecido a un marcapasos, pero le advierte de la necesidad de darle cuerda a diario y no tocar las agujas, así como controlar su ira y no enamorarse jamás. Poco después del parto, la madre biológica decide marcharse al estimar que la comadrona será la persona ideal para educar al niño.

Jack crece junto a Madeleine, Ana, Luna y Arthur un hombre que llegó para que le fuese reparada su espina dorsal, sustituida en este caso por un xilófono. Cuando llega a la adolescencia solicita a su madre adoptiva que le lleve a la ciudad. Allí descubre a una muchacha andaluza, Acacia, que es miope y toca el organillo, que despierta en él un sentimiento desconocido hasta el momento. Más adelante, solicita ir a la escuela y allí se encuentra con Joe, su némesis.

Teniendo que escapar de la justicia, toma un tren a Londres en el que conoce a Jack El Destripador hasta que llega a París en busca de un relojero. El cineasta Georges Méliès se convertirá en su mentor, con lo que la historia se da la mano con el circo y la época heroica del cinematógrafo. Muchas influencias en la historia y en la puesta en escena, desde los personajes a la estética. Sin embargo, el resultado parece original. Copiar un libro es plagio; mezclar el contenido de varios es un ensayo. Siguiendo esa regla, una afortunada parábola de los problemas que conlleva el amor, es un buen ensayo.

En su versión original podrían mejorarse las voces, que no la interpretación musical. Se percibe cierta improvisación en un elenco en el que figuran el propio autor, su compañera en la vida real e incluso la española Rossy de Palma. En cuanto a lo que trasluce de la pantalla, hay que destacar el buen trabajo de Stéphane Berla, quien dirigió el videoclip de Dionysos que, a la postre, fue el embrión de este largometraje.