La serie Divergente: Leal (The Divergent Series: Allegiant ) (**)

Después de la revolución, Tris y Cuatro deciden escapar más allá del muro de la semidestruida Chicago. Fuera, encuentran un terreno yermo con secuelas radioactivas, pero muy pronto llegarán a una ciudad controlada por David, quien busca el ser humano perfecto. Los protagonistas deberán tomar una serie de decisiones ante los peligros que les acechan.

La trilogía literaria se ha transformado en tetralogía puesto que la última entrega se divide en dos partes. La última, Ascendente, llegará en junio de 2017 y mientras tanto nos conformamos con este capítulo dirigido, como el anterior, por Robert Schwentke. Eso significa que la acción va a presidir un argumento que se vuelve caótico por momentos. En este tipo de películas, que se desarrollan en mundos distópicos, casi siempre nos encontramos con personajes totalitarios  y una revolución que termina colocando al frente a los personajes equivocados o que, al menos, bajo la púrpura del poder, no mejoran en nada a sus antecesores.

Después de la revolución de Divergente, Beatrice Tris Prior –Shailene Woodley- y Tobías Cuatro Eaton –Theo James- deciden fugarse más allá de los muros que rodean la apocalíptica ciudad de Chicago. Ahora, sus congéneres están dominados por Evelyn Johnson Eaton –Naomi Watts-, la madre de Cuatro y, aunque se han abolido las facciones, el odio y los extremismos continúan al máximo nivel. Con la ayuda de Nita –Nadie Hilker-, y tras liberar a Caleb –Ansel Elgort-, el hermano de Tris, los jóvenes se ponen en camino teniendo que aceptar la presencia de Peter Hayes –Miles Teller-. Tras internarse en un árido terreno radioactivo son recogidos por unos soldados que les llevan a una urbe encabezada por David –Jeff Daniels-, quien persigue al ser humano perfecto.

Beatrice es la persona que busca David para conseguir una especie perfecta. Los demás son imperfectos y también prescindibles. Cuando se presenta en Providence ante el Consejo para presentar a la muchacha, ella se da cuenta de que la confianza que había depositado en el mundo exterior no era correspondida. Mientras, Cuatro ya estaba de vuelta a Chicago para impedir que el ejército de su madre acabase con los rebeldes encabezados por Johana Reyes –Octavia Spencer-, ahora convertida en Leal.

La serie no decae en cuanto al interés hacia un determinado tipo de público, especialmente el juvenil, aunque el romanticismo haya pasado a un segundo plano. El arranque es más que satisfactorio aunque, a medida que avanza, la historia se vuelve cada vez más enrevesada y con unos personajes que apenas progresan, si bien los actores ponen bastante de su parte para sacar adelante sus respectivos papeles. Así, nos encontramos con un Peter Hayes que había sido equívoco en Insurgente y que vuelve a traicionar a su gente, si bien es predecible que vuelva a estar al lado de los buenos.

Lo que más me sorprende de esta saga es la capacidad de invención de su autora, Veronica Roth, para crear el mundo en el que se desarrolla su relato y la facilidad simplona para sacar a sus héroes de los atolladeros. Cuando se encuentran con un problema, por muy difícil que parezca, siempre se subsana con un golpe de artificio demasiado simple. Se echa en falta un poco más de imaginación para resolver esos contratiempos.

Los efectos especiales sí que resultan muy aptos, y en el haber del film se deben incluir hallazgos como los pequeños drones que mueven los protagonistas con sus manos, aunque se adivina algún que otro fallo en el guion si atendemos a la explicación inicial de que hay que moverlos con la mano izquierda. Para Tris y Cuatro, su utilización resulta tan factible como la escasa profundidad de sus roles.