Pelé: El nacimiento de una leyenda (Pelé: Birth of a Legend) (**)

Biopic sobe los primeros pasos de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, el mejor futbolista del siglo XX. La cámara sigue sus pasos desde sus primeras patadas al balón hasta que se consagra definitivamente en el Mundial de Suecia en 1958, cuando Brasil se convirtió en el primer combinado en ganar el título fuera de su continente.
Los aficionados al cine tenemos en la retina el gol marcado por Pelé en Evasión o victoria. Resulta difícil de creer que el considerado como mejor futbolista del siglo XX no tenga un film a su altura. En 1962 Carlos Hugo Christensen presentó El Rey Pelé, en el que se narraba la ascensión del astro. Ahora le ha tocado el turno a la revisión de su infancia y juventud por medio de un relato a cargo de Jeff y Michael Zimbalist, que tras dos documentales en su haber presentan una historia de ficción sobre la irresistible ascensión de Edson Arantes do Nascimento.
La infancia del futbolista y sus primeros pasos con un balón de trapo la representa Leonardo Lima Carvalho, que después da paso a Kevin de Paula. Dos actores debutantes que comparten protagonismo con nombres más conocidos, como Vincent D’Onofrio y Rodrigo Santoro, quien encarna a Vicente Ítalo Feola, el seleccionador que llevó a Pelé al Mundial de Suecia en 1958, cuando se produjo su gran eclosión con apenas 17 años.
El guion de los propios realizadores se inicia con la previa del encuentro entre Brasil y Rusia en el estadio Ullevi de Gotemburgo. Las bajas de la selección canarinha y el empate reciente sin goles ante Inglaterra no auguraban el éxito. Pelé jugo de inicio y fue el autor de unos de los dos goles de la victoria. Allí formaba con una pléyade de nombres consagrados como Didí, el mencionado Vavá, Garrincha –Felipe Simas – y Mario Zagallo –Seth Michaels-. Previamente, había jugado en la calle antes de incorporarse al Santos, el club de sus amores. Menos de una sola temporada fue suficiente para llegar al combinado nacional.
La biografía del astro futbolista se describe con muchas lagunas respecto a la oficial. Criado en un ambiente pobre, su padre tuvo que dejar el fútbol profesional porque en su primer partido con el Atlético Mineiro sufrió una lesión de ligamentos que le obligó a una prematura retirada. Joao Ramos do Nascimento, Dondinho –Seu Jorge- y María Celeste Arantes se mudaron a Baurú, donde pasaron siempre apuros económicos.
Desde ese momento, todo lo que se nos cuenta no encaja con la biografía oficial. Se muda el nombre de Ameriquinha por el de Los sin botas, con el que gana un trofeo local y se convierte a Waldemar de Brito en ojeador del Santos cuando, en realidad, el internacional de Brasil en 1934, que perdió la final en casa contra Uruguay, era entrenador del Baquinho, conjunto en el que también había jugado el propio Dondinho.
La película, rodada en inglés, presenta sucesos dramáticos que a punto estuvieron con cercenar la carrera de Pelé, al tiempo que oculta su paso por el fútbol sala. Se recrea en las jugadas del astro nacido en Tres Coraçoes, en el estado de Minas Gerais. Recuerda más el estilo del os protagonistas de la serie Campeones que al de un biopic. Según el film, Pelé ya hacía diabluras inimaginables con el balón desde su más tierna edad, a la vez que se introducen elementos tan difíciles de captar como que, perdiendo un partido por seis a cero, el equipo del protagonista marque cinco dianas en poco más de diez minutos a consecuencia de descalzarse.
Todo está magnificado, lo que hará feliz al propio Pelé y servirá para que los amantes del fútbol disfruten con sus jugadas. Las de sus primeros pasos resultan increíbles, y a las que recrean sus recordadas acciones en Suecia les falta pasión, lo que se repite a lo largo de toda la película. ¿Si Pelé era capaz de hacer jugadas inverosímiles, a qué viene que su padre le inste a entrenar con los mangos para perfeccionar la técnica –los maduros- y el disparo –los verdes-?. Esta producción se acerca más al documental que a la ficción, aunque no termina siendo ni una cosa ni otra. Los ambientes resultan demasiado forzados, con una fotografía crepuscular en exteriores que pretende incrementar el drama y una escasa profundidad a lo largo y ancho de toda la propuesta.