Absolutamente fabulosas (Absolutely Fabulous, the Movie) (-)

Una sesentona directora de una agencia de relaciones públicas intenta relanzar su carrera. En compañía de una amiga inseparable y de su nieta intentará convertirse en la representante de Kate Moss en el transcurso de una fiesta donde la top-model termina en las aguas del Támesis y la protagonista acusada de intento de asesinato.

La sitcom de la que este largometraje adopta el título y los personajes triunfó en la BBC británica de 1882 a 1995, aunque llegó con capítulos intermitentes hasta 2012. Su creadora y protagonista, Jennifer Saunders se responsabilizó igualmente del guion de este largometraje dirigido por Mandie Fletcher y centrado en el mundo de la moda y las relaciones públicas. Excusa para que aparezcan en el film, interpretándose a sí mismas, figuras tan populares como Kate Moss, Gwendoline Christie, Stella McCartney, Kim Kardashian, Joan Collins, entre otras.

Edina Monsoon –Jennifer Saunders- pasa por horas bajas. Sólo representa a la cantante Lulú, ganadora de Eurovisión en 1969, y una firma de vodka. Su gran rival como relaciones públicas es Claudia Bing –Celia Imrie-, pero la protagonista cuenta con una baza a su favor, y no es otra que su amistad con Patsy Stone –Joanna Lumley-. Ambas se resisten a afrontar el paso del tiempo. Se inyectan Botox, se visten como jovencitas y piensan que todavía están en la cresta de la ola. Cuando el ex marido de Edina le confirma que no podrá seguir pagando su lujosa casa y las tarjetas de crédito están sin fondos es cuando se dan cuenta del verdadero problema.

El argumento es un una excusa para hablarnos superficialmente no ya del mundo de la moda y las relaciones públicas, sino de las fiestas con que se nutren. El único personaje racional es Saffron –Julia Sawalha-, la hija de la protagonista, mientras que el resto de la familia sirve únicamente de excusa. Tanto Lola –Indeyarna Donaldson-Holness-, la nieta afroamericana y la madre –June Whitfield- se incorporar a la trama para crear confusión y visitar lugares paradisíacos. El contrapunto más estrafalario es la asistente de Edina –Jane Horrocks-.

Con la disculpa de una intriga que es todavía menos de lo que aparenta y de una acción cómica que pierde su gracia cuando se aleja del original inglés, lo mejor de la película es el glamur que destila. Un glamur de geriátrico, ya que la mayoría de los principales personajes, excepción hecha de quienes se representan a sí mismos, son viejos que no quieren crecer. Queda bien expuesto en el film cuando en una reunión de cumpleaños las mujeres mayores bailan a su gusto y los hombres están en la terraza disfrutando de jovencitas sensuales a las que sólo parece importarles el dinero.

El disfrute máximo llega gracias a las fiestas y cuando la acción se desplaza a la Costa Azul. Desde el Hotel Martínez de Cannes hasta el exclusivo Hotel du Cap todo es deslumbrante porque pasa por el tamiz del alto standing. Lástima que no acompañen las persecuciones motorizadas ni el cogollo de la historia, demasiado simple, o demasiado tonta. Según como se mire. De todas formas, el oropel de lentejuelas y la fastuosidad de la puesta en escena pueden entrar por los ojos. También, el hecho de descubrir personajes populares parodiándose a sí mismos o tomándose a broma un mundo al que se le podría sacar mucho mayor partido.

Hay algunas alusiones veladas al trasfondo del que se ocupa. Desde la lucha encarnizada por conseguir un cliente famoso hasta los rescoldos de cualquier photocall. Queda bien representado cuando un editor le dice a Edina que sus memorias no interesan porque sus representados no poseen la suficiente entidad. Pinceladas de una propuesta con mayor cuajo que se ha quedado únicamente en la superficie más sofisticada donde la purpurina sustituye a las verdaderas alhajas.