Amy Adams, Denis Villeneuve, Forest Whitaker, Jóhan Jóhansson, Jeremy Renner, Mark O'Brien, Michael Stuhlbarg, Ted Chiang
La llegada (Arrival) (****)

Doce naves extraterrestres aparecen en diversos parajes de nuestro planeta. Los mandos de Estados Unidos reclaman la ayuda de una experta en lingüística para conocer las intenciones de los alienígenas. Paralelamente, ella comienza a experimentar diversos flashbacks que le harán comprender el misterio de esas apariciones.
La novela escrita por Ted Chiang plantea, arrojándose en brazos de la ciencia ficción, una búsqueda interior. En su adaptación cinematográfica ha encontrado un director, Denis Villeneuve, y una actriz, Amy Adams, que no podrían proporcionar mayor lustre a su relato. El resultado es una película en ocasiones deslumbrante, sentimental en otras, y casi siempre con unos valores altamente notables muy bien subrayados por una partitura post moderna y libérrima de Jóhan Jóhansson. Probablemente, ninguno de los tres abrazará el Oscar por este trabajo, pero a buen seguro que habrá que contar con ellos entre los finalistas.
Doce naves extraterrestres llegan simultáneamente a la Tierra y los distintos gobiernos estudian la posibilidad de contactar con sus posibles tripulantes para conocer sus intenciones. En el estado de Montana, las autoridades norteamericanas, entre las que destacan el Coronel Weber –Forest Whitaker- y el agente Halpern –Michael Stuhlbarg- deciden trasladar al campo de operaciones a un científico experto en matemáticas, Ian Donnelly –Jeremy Renner- y a una lingüista, la doctora Louise Banls –Amy Adams- para descifrar las intenciones de los visitantes y los posibles avances técnicos que se pudieran obtener gracias a su llegada.
Respaldados por un grupo militar encabezado por el Capitán Marks –Mark O’Brien-, los dos civiles entran en contacto con dos alienígenas dentro de su nave a los que llamarán Abbott y Costello. Se les exige resultados inmediatos y la doctora Banks opta por descifrar su forma de expresarse antes de considerar otras cuestiones. Se mantiene firme en la idea de que una misma frase o una sola palabra pueden desembocar en resultados distintos y llevar a falsas consecuencias y conclusiones equívocas. Es una opción para algunos de los gobiernos que han visto alterados sus esquemas. Otra postura muy distinta es la que mantiene China, secundada por Rusia, Venezuela y Sudán. El general Chang –Tzi Ma- es de la opinión de atacar antes de ser atacados.
Con una primera parte especialmente atractiva, con efectos visuales que funcionan a la perfección, especialmente cuando se trata de introducir el parámetro de la niebla, siempre dificultosa para los expertos, se presentn un grupo reducido de personajes que, en el plano interpretativo, nos muestran la antítesis. Mientras Forest Whitaker vuelve a estar despistado con su personaje, Amy Adams se eleva por encima del reparto ofreciendo una interpretación intimista y llena de matices que fortalece la puesta en escena de Denis Villeneuve. Al cineasta canadiense se le pueden poner muy pocos peros por este trabajo, y esperamos con impaciencia su versión de Blane Runner cuyo estreno está previsto para el año próximo.
La segunda parte, mucho más sentimental, intenta una explicación lógica de la llegada de las naves extraterrestres. Aquí encontramos algunas lagunas significativas y un desenlace que llenará mucho más a los críticos que al público. No nos encontramos con una película de acción, al estilo de Independence Day, ni de un relato farragoso como Interstellar. Como en esta última, también aquí hay un empecinamiento claro en la búsqueda del tiempo. No como la cuarta dimensión y sí como un bucle.
Los recuerdos se adueñan de la protagonista. Y no sólo flashkbacks, puesto que las premoniciones aparecen en mayor número. Tampoco se pueden considerar como tales y sí como recuerdos del futuro. Será la clave para la solución, el arma que buscan los alienígenas y el legado que nos dejan en forma de una escritura que parece controlar el tiempo. Con las explicaciones científicas llega el sentimentalismo avanzado en la primera escena del film, cuando Louise mira hacia el infinito y surgen en su mente las imágenes de su vida junto a Hannah, su hija, hasta la enfermedad que puso fin a su vida. El balance final, a modo de moraleja, es que si pudiéramos rehacer nuestra vida, no cambiaríamos por su fatalidad los momentos felices de nuestra existencia.
From → Cine
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