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Paterson (****)

6 diciembre 2016

Repaso a la vida cotidiana durante siete días de un conductor de autobús que vive en Paterson, Nueva Jersey, y es un gran aficionado a la poesía. Vive con su esposa Laura y su perro, al que pasea por las noches, lo que aprovecha para tomar una cerveza en un bar próximo a su domicilio.

Nos encontramos ante una película llena de sorpresas. La primera es que está dirigida por Jim Jarmusch y no es una comedia. La segunda, y no menos importante, es que se centra en el monótono día a día de un conductor de autobús en una pequeña localidad del Este de Estados Unidos que posee una importante biblioteca y es aficionado a la poesía, algo que de por sí ya resulta extraño en el cine. No sólo a leerla, sino también a escribirla. No son las únicas puesto que, por ejemplo, el protagonista se llama Paterson –Adam Driver-, al igual que la ciudad de New Jersey donde vive, y como un libro de su autor preferido, William Carlos Williams.

Lo menos sorprendente es la vida del protagonista, un tipo solitario, que sabe escuchar por encima de todo pero que convive sin altibajos con Laura –Golshifteh Farahani-, en un claro homenaje a Petrarca, y un perro llamado Marvin al que pasea todas las noches pese a que le caiga demasiado bien. En su caminata nocturna lo deja atado en la fachada de un bar regentado por Doc –Barry Shabaka Henley-, donde se encuentra con otros clientes habituales, como Everett –William Jackson Harper- y Marie –Chasten Harmon-.

Cada mañana, un plano cenital nos muestra a Paterson en la cama junto a Laura. No necesita despertador. Como máximo a las seis y cuarto se levanta, se asea, como cereales y transporta el bocadillo y una foto de su compañera en dirección al trabajo. Es conductor de una línea de autobuses de la ciudad. Mientras espera la orden de salida, escribe poemas sobre la vida y lo cotidiano: pensamientos hilvanados hasta que Donny –Rizwan Manji-, un hombre abrumado por los problemas, le da luz verde.

Sentado al volante, escucha conversaciones de todo tipo. No se inmiscuye. Simplemente es un tipo solitario y observador al que le gusta sentarse en un banco desde el que aprecia las cataratas del río Passaic. También en ese paraje encuentra la soledad necesaria para escribir, como en el sótano de su casa. Cuando llega a ella, por la tarde, coloca el buzón medio caído de la entrada, cenca con Laura y pasea a su mascota, lo que le permite degustar la cerveza de cada noche y conservar su sabor, lo que ella agradece.

Sólo el domingo se rompe un tanto la monotonía cuando, en el parque desde el que se divisan las cascadas y los puentes sobre el río, se sienta a su lado un misterioso japonés –Masatoshi Nagase- que, como él es amante de la poesía de Williams Carlos Williams, y ha venido para visitar la localidad natal del cómico Lou Costello, del boxeador Hurrican Carter y, sobre todo, cuna de Allen Ginsberg, uno de los poetas más destacados de la generación beat. Ese lugar no es otro que Paterson, Nueva Jersey. Esa aparición emparenta la historia con una de las debilidades de Jarmush y su pasión por el camino del samurái, como ya reflejó en Ghost Dog -1999-.

Desde entonces, el cineasta de Ohio no había firmado una película a la altura de Down by Law -1986-, Mistery Train -1989-, o Noche en la tierra Night on Earth, 1991-. Lo consigue ahora, apoyándose en un texto férreo en el que ha conseguido elevar a las más altas cotas la aparente nada. Sobran algunos planos repetitivos y, por el contrario, consigue momentos de alta comedia gracias a la aportación del perro, tercer protagonista del relato. La vida alrededor del protagonista es de aparente calma, como el parque al que le gusta acudir a diario, pero a su alrededor todo fluye como las cataratas y el curso del río.

Con un reparto de actores poco conocidos, cuenta con la aportación de un espléndido Adam Driver cuyo potencial va en aumento y que ya nos dejó su impronta en la última entrega de Star Wars. A través de voz en off recita los poemas que escribe el protagonista y que, en realidad, son obra de Rod Padgett, adscrito a la Escuela de Nueva York, y cuyos textos reflejan y ensalzan lo cotidiano. Como lo que consigue Jarmusch con esta puesta en escena, una obra madura y a la altura de sus mejores películas.

From → Cine

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