Power Rangers (***)

Cinco jóvenes de la pequeña localidad norteamericana de Angel Grove tienen que unir sus fuerzas y convertirse en algo extraordinario cuando encuentran unos cristales que se han conservado durante millones de años. La malvada Rita Repulsa intenta dominar el Universo gracias a ellos, pero Zordon y sus héroes tienen la obligación de impedírselo.
La serie de televisión de los noventa, basada en la nipona Super Sentai Series dejaba muchas incógnitas respecto a la creación de los Power Rangers, su mentor y su archirrival. Esta tercera producción cinematográfica basado en sus personajes, para la que no se han regateado esfuerzos visuales, tanto de efectos especiales como de realidad virtual, pretende rellenar lagunas y, de paso, iniciar una franquicia, cuya puerta abierta se deja principalmente en una secuencia durante los créditos finales.
En una época pretérita, Hace millones de años Zordon y Rita Repulsa, un ángel caído que en su día fue un heroico Ranger, se enfrentan en una lucha final. Unos cristales han quedado enterrados en una zona que en época actual se ubica en la pequeña localidad ficticia de Angel Grove, supuestamente ubicada en algún lugar de California, esperando que aparezcan humanos que sean los indicados para hacerse con todo su poder.
En época actual, encontramos a unos adolescentes de gran potencial que, por una u otra razón, están desubicados o han caído en desgracia. El principal es Jason Lee Scott –Dacre Montgomery-, que iba para figura del fútbol americano y se convertirá en el Ranger Rojo, que habitualmente se erige como líder del grupo. Billy Cranston –RJ Cyler-, un apocado pero inteligente muchacho de color será el Ranger Azul; La atractiva Kimberly Hart –Naomi Scott-, el Rosa; Zack Taylor –Ludi Lin-, el negro; y Trini Kwan –Becky G-, el Amarillo.
Por casualidad, descubren unas piedras de distintos colores en la mina donde trabaja el padre de Billy y se encuentran con poderes extraordinarios. Pueden dar saltos imposibles y su fuerza y sus reflejos pareces descomunales. Posteriormente, se precipitan en una laguna oculta yendo a parar al interior de una inmensa nave espacial en la que conocen a Alpha 5 –Bill Hader-, un androide que les guía hasta Zordon –Bryan Cranston-, quien, atrapado en un muro, se convertirá en mentor de los jóvenes. Para que consigan los máximos poderes, tienen que operar como un grupo, confiarse y abrirse a los demás. Sólo de esta forma se procederá a la metamorfosis, un aspecto nunca bien explicado en la serie televisiva, lo que facilitará la aparición de las armaduras y la posibilidad de contar con su propio Zord, un vehículo de guerra con posibilidades prácticamente ilimitadas.
Paralelamente a la toma de contacto de los cinco protagonistas con sus posible alter ego, de las profundidades marinas emerge la figura de una sexy Rita Repulsa –Elicabeth Banks-, que persigue desde hace 65 millones de años el cristal Zeo, lo que le daría el control absoluto del Universo. Enterrado en algún lugar de Angel Grove, a base de conseguir todo el oro posible, crea un monstruo gigante llamado Goldar que le ayudará a destruir el pueblo, librarse de sus habitantes y hacerse con la ansiada piedra.
Los aspirantes a Power Rangers tienen once días para conseguir dominar la metamorfosis y entrenarse lo suficiente a las órdenes de Alpha 5 como para salir victoriosos de sus futuros enfrentamientos con los Masilla, esbirros de Rita Repulsa, que ella hace surgir de la nada con sólo empuñar su báculo. Lo que no aparece en esta entrega es el armamento y atributos especiales de cada uno de los héroes. Ni siquiera se establecen diferencias fundamentales en sus casos. Sí que hay un recuerdo para el Megazord, aunque el Ultrazord, parece haberse dejado para futuras entregas.
La exposición de los personajes implica que la película tenga menos acción que la inicialmente prevista. Se suple con toques de amor y unas historias aceptables sobre la situación de cada uno de los cinco jóvenes que adquirirán el derecho a ser Power Rangers. En realidad, excluyendo la secuencia inicial, hay que esperar hasta la última media hora para que se produzcan los esperados enfrentamientos. Posiblemente, los amantes de los blockbusters en el que apenas se da respiro al espectador, puedan sentirse defraudados. Por el contrario, quienes hayan crecido o recuerdan a estos personajes en la pequeña pantalla darán por buena esta adaptación, bastante fiel y, desde luego, mucho mejor en el aspecto técnico.
Dean Israelite, responsable de Project Almanac fue el elegido para sacar adelante este proyecto, que presenta lagunas pero que también se nos antoja entrañable. La partitura de Bryan Tyler es bastante acertada en un par de temas, al tiempo que la banda sonora se completa con un fragmento del original para la pequeña pantalla y una magnífica versión del clásico Stand by me. La conclusión es que este producto, gracias a la aportación de la realidad visual y unos efectos visuales casi constantes, es resultón. Por lo menos, no nos hemos desencantado con estos héroes de años atrás, que ya es más que suficiente.