El bebé jefazo (The Boss Baby) (**1/2)

Tim, un muchacho de siete años, lleva una existencia idílica junto a sus padres. De repente, alguien viene a perturbar la paz del hogar. Se trata de un hermanito, vestido con traje oscuro, corbata y que lleva en sus manos un portafolios. Los dos críos tendrán que unir sus fuerzas para enfrentarse al malvado de turno.
Se explica al comienzo, el triángulo es la mayor fuerza de la naturaleza. El Titanic se hundió precisamente por chocar contra uno de esos cuerpos geométricos. Tim, un chico de siete años, ha llegado a esa conclusión al comprobar la felicidad que reina en su domicilio. Se imagina cumpliendo heroicas hazañas en las que recata a sus padres, ya sea enfrentándose a un enorme tiburón o a cualquier monstruo terrestre. El máximo responsable de la saga Madagascar, lo es también de esta propuesta destinada al público infantil. Tom McGrath no ha querido meterse en honduras, y se imagina a los recién nacidos llegando en taxi a la puerta de la casa donde sus padres los esperan con las manos abiertas.
Para ello, recurre a la mejor idea del film, una línea de montaje en el cielo para recién nacidos. Durante los títulos de crédito, y a los acordes de uno de los temas musicales más conocidos de Irving Belin, tiene lugar una secuencia sorprendente. En una corporación de bebés, estos desfilan por una cadena donde son derivados según su sexo, se les empolva el culito, se encuentran con su primer chupete y se calzan los pañales. Llega por fin la última decisión. Una pluma en la barriga y una sonrisa. El resultado es que se encomienda a una familia. Si no se ríe, pasa al ejército de los gerentes. Se les viste con traje negro, corbata, reloj costoso y un maletín de ejecutivo. Así llega el Jefe al hogar en que Tim se sentía feliz.
La historia está basada libremente en un relato infantil escrito en 2010 por Marla Frazee, y está destinada al éxito comercial en su adaptación al cine. Otra cosa es que acumule méritos para pasar a la historia del celuloide. Aunque tiene connotaciones que recuerdan a Del revés –Inside Out, 2015-, encaja más como una versión infantil de la saga Mira quien habla, que encandiló al público con sus tres entregas protagonizadas por John Travolta y Kirstie Alley antes de convertirse en serie televisiva en los noventa. Y es que el Jefe habla. Lo descubre su hermano casualmente, y además le escucha decir que todos bailan a su son y consigue lo que quiere.
Porque el recién nacido es poco menos que una pesadilla para la familia. Llora sin cesar y no cesa hasta que se cumplen sus deseos. Tiene gracia cuando levanta el pulgar de su mano izquierda cuando le ensartan en su boca un biberón. Sus padres deambulan por la casa como zombis porque siempre están en vigilia por culpa del crío. Sabes que un recién nacido necesita atenciones. Máxime, cuando es tan irritable como el que les ha tocado en suerte. En ese aspecto, la película tiene su moraleja y es la de comprobar como el nuevo elemento en la familia se convierte de inmediato en el foco de atención, relegando de manera correspondiente a los demás. De eso se queja Tim, que prepara varias formas de doblegar a su enemigo.
Pronto dejará de serlo, porque hay una cuestión más importante a la que hacer frente. El CEO de la compañía de mascotas en la que trabaja el padre de los chiquillos, Francis E. Francis, ha dispuesto un plan maquiavélico. Solo uniendo el esfuerzo de los dos hermanos, conseguirán desbaratar sus propósitos. Esa es la parte más débil de un film que cuenta con una puesta escena visualmente atractiva y un ritmo notable, pero que desde que el Jefe llega al domicilio paterno todo suena a rancio, y también se nos antoja tan pasado de moda, como la moral que propone y de la que expusimos un buen ejemplo al principio.
Tiene todos los elementos necesarios para el disfrute de los más pequeños, incluida la banda sonora de Hans Zimmer. Sin embargo, crea unas expectativas que no cumple. La aventura que propone es ambiciosa. Tanto, que termina por derrumbarse en su propia propuesta. Es menos en casi todo: menos graciosa, menos interesante, e incluso menos cómica una vez superados los primeros minutos. Incluso, a primera vista, el Jefe parece una figura repulsiva, con su enorme cabeza, de dimensiones prácticamente semejantes a las del resto de su cuerpo. Cuando te acostumbras, hasta te parece entrañable dentro de sus malos modos y sus engaños bien perpetrados