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Spider-Man: Homecoming (***)

28 julio 2017

Después de su experiencia con Los Vengadores, Peter Parker regresa a casa intentando asumir su nueva identidad y con la idea de formar parte cuanto antes del grupo que dirige Tony Stark. A la espera de ese momento hace méritos convirtiéndose en un justiciero de barrio.

No era fácil arrancar por tercera vez con la historia de un personaje cuyas aventuras conocíamos prácticamente al dedillo. Contar más de lo mismo era poco menos que precipitarse. Tampoco resultaba especialmente recomendable definir a alguien cuya radiografía nos esulta familiar a casi todos. En realidad, no esperábamos mucho de este revival del Hombre Araña pero nos ha sorprendido su enfoque, el trabajo en la dirección de John Watts en su primer film de gran presupuesto, y la aportación de Tom Holland como Peter Parker.

El resultado va enfocado mucho más al público quinceañero que a sus padres. Aquellos son quienes deben de llenar las salas y en ese aspecto esta producción resulta indiscutible. Otra cosa es que al resto de los espectadores pueda convencerles plenamente un conjunto que se basa en la acción y en los efectos especiales, pero también en el humor. Las gracietas, incluida la del final del film, funcionan más que en cualquier otra cinta de súper héroes, sobre todo en el público objetivo al que se dirige. Este nuevo Spider-Man tiene valores y sabe perfectamente lo que quiere. Otra cosa muy distinta es que seduzca a todas las edades.

Peter Parker deja la sede de Los Vengadores después de que Tony Stark –Robert Downey Jr.- considere que no está preparado todavía para unirse al grupo. A partir de entonces su contacto será Happy Hogan –Jon Favreau-. Eso no reconforta al muchacho que, embutido en el traje que le ha diseñado Tony, con el que debe esforzarse para extraer todo su potencial, se dedica a ejercer como justiciero de su barrio, Queens, topándose con Shocker y un arma poderosa y desconocida. En ese momento, Peter es una especie de macarrilla que oculta a su túa May –Marisa Tomey- sus actividades, sueña con atraer a su compañera Liz –Laura Harrier-, pero es descubierto por un colega Ned –Jacob Batalon-.

Lejos del maniqueísmo de estas situaciones, si Peter se comporta como un muchacho de su edad, Ned no se queda atrás, y le plantea diversas preguntas que cualquier chaval pudiera hacerse. Por ejemplo, ¿Spider-Man pone huevos?, ¿los súper héroes cotizan a Hacienda…? El guion, coescrito por seis especialistas, asume obviedades, como la ausencia de los padres y del tío del protagonista, al tiempo que recupera personajes conocidos del universo de Los Vengadores, encarnados por sus habituales intérpretes. No solo, Stark, también aparecen entre otros Pepper Potts –Gwyneth Paltrow- o Steve Rogers/Capitán América –Chris Evans, sin que falte el habitual cameo de Stan Lee.

La historia arranca después de la batalla de Nueva York, cuando la compañía de Adrian Toomes –Michael Keaton- se encarga de la limpieza y desescombro hasta que es apartado en beneficio de Stark Industries. Viéndose en la ruina, junto a sus hombres de confianza consigue rescatar algunos objetos de procedencia extraterrestre y, gracias a la tecnología Chitauri se convierte en Vulture/Buitre, poseedor de una armadura y un arma especialmente mortífera. De esta forma, el actor que en su día fue Batman se convierte en un villano de alta escuela y perfectamente creíble. No podemos olvidarnos de la presencia de Michelle Jones, MJ –Zendaya-, ni de dos caracteres importantes: Aaron David –Dinald Glover-, un criminal que quiere comprarle a Toomes un surtido de armas, y Mr. Harrington –Martin Starr-, entrenador del equipo de decatlón.

Las más de dos horas de películas, con dos secuencias finales, resultan entretenidas. A mitad de los créditos, protagonizada por Toomes, y al final con el Capitán América hablando directamente a la cámara. Antes, hay propuestas interesantes, como el protagonista subido al monumento a Washington, donde se consigue una importante sensación de vértigo que debe acentuarse en la versión 3D. Los efectos especiales funcionan y los enfrentamientos y persecuciones son más que aceptables. Otro aspecto positivo es que la partitura de Michael Giacchino supera con creces a las anteriores. A ello hay que añadir un reparto eficiente, que consigue un punto extra en un resultado final que va directamente al núcleo de su propósito. Lo demás, no parece que importe.

From → Cine

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