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Atraco en familia (Mes trésors) (**)

19 octubre 2017

Una carterista que tiene su radio de acción en la Costa Azul y una muchacha de carácter introvertido, experta en informática y que vive con su madre, no saben que son hermanas hasta que tienen acceso al testamento de su padre. El destino las lleva a Courchevel, donde pueden hacerse con un botín de quince millones de euros.

El argumento de este film posee el suficiente atractivo como para entretener en las salas de exhibición y rentabilizar su coste de producción. Se trata de una historia ligera, centrada en tres personajes  y un robo de guante blanco. Entronca, salvando las distancias, con Atrapa un ladrón o La pantera rosa, aunque la puesta en escena de Pascal Bourdiaux sea más torpe respecto a los otros dos largometrajes mencionados. Del primero toma la alta comedia, en un ambiente tan sofisticado como sus trajes; del segundo, ciertos paralelismos del guion y los disfraces de su protagonista.

La historia comienza con una aventura espectacular, el robo de un Stradivarius en el Kursaal de San Sebastián. Lo perpetran Patrick –Jean Reno- y Romain –Pascal Demolon-, pero este consigue quedarse con el violín y lanzar el auto en el que se encuentra su compañero al fondo del mar. A consecuencia de ello, Caroline –Reem Kherici- y Carole –Camille Chamoux- se encuentran en la lectura del testamento de su padre sin saber que son hermanas. El único legado es una casa en las montañas alpinas y allí se dirigen no muy convencidas. Es entonces cuando reaparece Patrik, que consiguió salvarse del incidente en la ciudad guipuzcoana, y les propone un golpe de quince millones de euros.

Caroline es una carterista que opera en la Costa Azul.  Un policía llamado Guillaume –Alexis Michalik- que desea coger a Patrick con las manos en la masa, le conmina a que le informe detalladamente de sus pasos si no quiere ser trasladada a Italia donde tiene una orden de búsqueda y captura. Por lo que se refiere a Carole, es una aplicada informática que vive con su padre y que posee un compañero de trabajo, Fred –Bruno Sanches- que bebe los vientos por ella. Su estancia en Los Alpes servirá para romper la monotonía de su existencia.

El plan de Patrick no está muy definido. Desconocemos si desea ayudar a sus hijas o servirse de ellas para vengarse de Fred. Tampoco las chicas lo tienen claro. De todas formas, quince millones es demasiado dinero como para desdeñarlo, y deciden aplicarse según el método de su padre, que no deja nada a la improvisación y cuyos trabajos se basan, sobre todo, en una ejecución donde se eliminan prácticamente los componentes del azar. El golpe se debe efectuar en el cumpleaños del hijo de la adinerada Julianna Van Gaal –Natalia Verbeke- quien, dispuesta a dar a su hijo todos los caprichos, pagará los quince millones a Fred para hacerse con el Stradivarius.

Caroline debe cautivar a Fred mientras esquiva a Guillame, al tiempo que Carole, ayudada por Fred, deberá intervenir los sistemas informáticos y desviar el dinero a la cuenta de su padre. Naturalmente, este tipo de propuestas, aparte de un guion bien elaborado, deben buena parte de su éxito al carisma de sus protagonistas. Jean Reno resulta creíble como padre arrepentido capaz de hacerse pasar por un prestidigitador de alcurnia o por un noble ruso. El personaje de Caroline resultaba primordial. De su belleza arrebatadora y el punto canallesco que concede el ser una carterista en lugares de lujo, dependía gran parte del proyecto.

Reem Kherici, protagonista y directora de París a toda costa -2013-, proporciona lo que el responsable del film buscaba. Además, se coordina perfectamente con Camille Chamoux, quien ejerce de patito feo que puede convertirse en cisne.  Son los tres pilares que pueden logar que esta producción se convierta comercialmente en un éxito. Ellos tres se valen para ocultar las deficiencias de Pascal Bordiaux, torpe en muchos pasajes y acertado en otros. Su propuesta deja cabos sueltos pero en general no desentona demasiado porque la película se sigue con complacencia.

No hay demasiadas novedades en el guion pero sus responsables han conseguido meter en la coctelera situaciones ya expuestas con anterioridad en el cine para que desembocaran en una comedia ligera desarrollada en ambientes lujosos que, lejos de tenerte en tensión, aboga por la amabilidad. Solo queda por descubrir si la venganza de Patrick se llevará a cabo con éxito y quien, al final, resulta engañado o es más listo que los demás.

From → Cine

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