Amityville: el despertar (Amityville: Awakening) (1/2)

Terror a contracorriente
Jane se muda a una nueva casa junto con sus hijos con la intención de sufragar el costoso tratamiento del joven James, postrado en la cama como un vegetal desde dos años atrás. Su hermana gemela Belle y la pequeña Juliet desconocen los hechos que tuvieron lugar cuatro décadas atrás en el 112 de Ocean Avenue.
Probablemente, la serie Amityville sea la más prolífica en cuanto a número de títulos en la historia del cine. Cronológicamente, si nuestras cuentas no fallan, ésta es la décimo tercera en orden de producción, aunque ya se han rodado dieciséis secuelas de la original, firmada por Stuart Rosenberg en 1979. No es necesario haber visto ninguna entrega anterior para comprender la maldición de esta casa de ventanas que semejan ojos escrutadores, puesto que se hace referencia a un DVD del film rodado cuatro décadas atrás, al tiempo que unas imágenes televisivas recuerdan la matanza y se nombra igualmente la novela de Jay Anson en la que están basadas las propuestas cinematográficas.
Joan –Jennifer Jason Leigh- se muda a una nueva casa junto con sus tres hijos. James –Cameron Monaghan- lleva dos años prácticamente en estado vegetativo, y a ellos les acompañan su hermana gemela Belle –Bella Thorne-, que a sus diecisiete primaveras repetirá último curso de instituto y la pequeña Juliet –Mackenna Grace-. Por primera vez en la saga, las mujeres son protagonistas absolutas de la historia, ya que a las mencionadas debemos unir a Candice –Jenniger Morrison-, hermana de Joan, quien ocultó a las hijas la historia de la casa a la que se han trasladado. Su precio era más que asequible y se situaba relativamente cerca de los mejores expertos sobre el papel para la posible recuperación de James.
Belle, que representa el carácter principal del film, se entera de los hechos acaecidos el siglo pasado en el 112 de Ocean Avenue de Amityville, Long Island, gracias a un par de compañeros de colegio, Terrence –Thomas Mann- y Malrssa –Taylor Spreitler-, porque la chica sufre inicialmente la repulsa de los asistentes a su curso. Influye su vestimenta y su maquillaje gótico, pero sobre todo el lugar en el que reside. Ella tiene otro problema mucho más acuciante, la relación con su madre. Desde la enfermedad de su hermano gemelo, Joan solo parece preocuparse de él. Le quiere de vuelta y no hace caso a los informes del doctor Milton –Kurtwood Smith-, quien recuerda que nadie ha regresado del estado en el que se encuentra el joven.
La protagonista, por tanto, tiene dos frentes de que preocuparse: su presencia en el instituto y el choque con su progenitora, que se niega a creer lo que sus hijas ya han asumido hace tiempo con respecto al futuro de James. Cuando la muchacha creía conocer perfectamente a que se enfrentaba, un oscuro mal la angustia todavía más. La efervescencia tiene lugar a las tres y cuarto de cada madrugada y ella comienza a ver sombras difusas, ventanas o puertas que se abren sin que nadie las toque e inspecciona un sótano que esconde más de un secreto. A todo esto, su hermano da síntomas de mejoría y comienza a comunicarse por medio de una computadora. Lo hace, sobre todo, para pedir auxilio, e incluso la muerte.
Después de tantas secuelas resulta difícil que en alguna de las nuevas haya elementos diferenciadores o novedosos. Este despertar es como el día de la marmota, porque todo vuelve a ser igual que antes, semejante a cualquier producción de bajo coste dentro de este género. En su honor, podríamos decir que es la mejor de la serie en mucho tiempo, aunque sus problemas de estreno juegan demasiado en su contra como para obtener la rentabilidad esperada. La cinta se concluyó en 2014, pocos meses antes de la fecha fijada para su primera proyección en Estados Unidos, concretamente el cinco de enero del año siguiente. La venta de Miramax y problemas de agenda la retrasaron hasta un lanzamiento limitado el 28 de octubre de 2017. Por tanto, sus mayores ingresos, aparte del mercado europeo, tendrán que provenir del DVD bajo demanda.
El nivel medio de las interpretaciones está muy por encima de la media en este tipo de filmes, pero no resulta suficiente para elevar un guion plano y previsible, que tampoco se enriquece con la puesta en escena de un poco creativo Franck Khalfoun. En este sentido es más remarcable la aportación del director de fotografía Steven Poster, que consigue recrear una atmósfera inquietante más allá de la puesta en escena. Tampoco hay demasiados sustos y todos ellos se ven llegar en una propuesta donde no faltan todos los elementos habituales: sótano, lago, traslado a una casa nueva, niña pequeña… Sólo el protagonismo femenino da un toque personal a esta producción respaldada por el controvertido Bob Weinstein, que pensaba iniciar el rodaje, con un guion absolutamente diferente, en los primeros días de 2012.