¿Verdad o reto? (Truth or Dare) (*)

Las reglas están para cumplirlas
Un grupo de estudiantes disfrutan de unos días de asueto en México y todo marcha según lo previsto hasta que, junto a un desconocido, se entregan a un entretenimiento infantil que termina superándolos. De forma inconsciente liberan a un este diabólico que les obliga a cumplir las pautas marcadas por el juego.
La noche de Halloween los críos nos proponen una disyuntiva: truco o trato. Una variante de un entretenimiento infantil en el que se debe elegir entre verdad o reto. Cuando esa propuesta se lleva a la pantalla grande, y se obliga a quienes participan a que cumplan escrupulosamente las reglas si desean seguir con vida, el resultado es una película de terror. Blumhouse Productions, creadoras de filmes como Déjame salir y Múltiple, no llega ni mucho menos a un nivel similar. Tampoco ayuda la dirección de Jeff Wadlow, un cineasta que consiguió su único aprobado con la segunda parte de Kick-Ass.
Un juego insustancial, que quienes se abren a la adolescencia suelen utilizar para darse algún que otro beso furtivo, estudiar anatomía oculta, o sentar las bases de las primeras aventuras sexuales. No parece material suficiente para constituir la base de una producción de terror a no ser que sus personajes principales tengan un encefalograma bajo mínimos. Eso es lo que sucede en este caso que, además, se acompaña con un spring breakers que posibilita a los muchachos en cuestión asegurar de que van bien cargados de alcohol, emporrados sin límite y dispuestos a no dejar que pase la más mínima oportunidad de entregarse al sexo.
Los británicos vienen a Magaluf y a la Costra Brava a despendolarse cuando asoma la primavera. Según este largometraje, los estadounidenses, al menos los que estudian en la parte sur de la Costa Oeste y aledaños, utilizan México para dar rienda suelta a cualquier vicio que se ponga por delante. Allí van los chicos en los que se centra esta historia. Incluida Olivia Barron -Lucy Hale-, quien tenía pensado quedarse para dar lustre a su blog, pero que es convencida por su mejor amiga, Markie Cameron -Violett Beane- ante la perspectiva de pasar sus últimas vacaciones juntas.
En el país vecino dan rienda suelta sus pasiones, aunque Olivia parece un verso suelto, sin pareja y aparentemente desplazada, aunque diversos detalles apuntan a que bebe los vientos por Lucas -Tyler Posey-, el novio de Markie. Como suele suceder en estos casos, hay poca ropa y mucho cuerpo por parte de quienes encabezan el cartel. La última noche, cuando todo el pescado parecía vendido, Olivia conoce a Carter -Landon Liboiron-, y parece dispuesta a resarcirse de unos días que se han pasado con cierto tedio por su parte.
Lo dicho. Hay que ser bastante torpes por parte de toda la pandilla para, sin conocerlo de nada, seguir a Carter en plena noche por un paraje tenebroso hasta llegar a una especie de cripta/cueva/santuario extraño. Antes de regresar, Carter les propone jugar a verdad o reto, lo que aceptan los demás a regañadientes. Tras un beso lésbico y alguna que otra acción promiscua, cundo le llega el turno al recién llegado elige verdad y les confiesa que les ha engañado para liberarse de una especie de maldición demoníaca y que, sino hacen caso a las normas del juego, se verán privados de la vida, lo que a él le importa poco.
Tras el regreso, comienzan las hostilidades. Olivia declara en público que ella y Lucas han engañado a Markie mientras que otro de los componentes del grupo fallece accidentalmente al pisar una viola de billar tras no cumplir lo pactado. La muerte les persigue porque el diablillo que les acosa cada vez exige más, aunque siempre dentro de una cadencia que implica elegir verdad, verdad y reto. De esta forma se articula un argumento poco inteligente que, paulatinamente, se vuelve más simple todavía.
Con Destino final y Shaw como referencias en el horizonte, la propuesta se echa en brazos del slasher. A pesar de ello, no busca la exageración de las muertes, aunque los instantes anteriores se ofrecen con todos los detalles macabros. Nadie parece que se pueda escapar de su suerte y para eso hay varios personajes adyacentes que tienen que pasarlas canutas antes de que les toque el turno a los protagonistas. Son los casos de Bra -Hayden Szeto-, Penelope -Sophia Taylor Ali, y Tyson Curran -Nolan Gerard Funk-. La parte del león se la lleva Lucy Hale, una de las Pequeñas mentirosas de la serie televisiva. La chica no está para ganar un Oscar, pero destaca con suficiencia respecto a sus compañeros de reparto.