Hunter Killer (**)

La guerra nuclear, a escena
Un submarino estadounidense desaparece en las aguas del Ártico y el Pentágono envía a otro navío mandado por un capitán novato. Mientras, el presidente ruso es secuestrado por un general rebelde que desea iniciar una guerra nuclear contra los Estados Unidos. Las flotas de ambos países están listas para entrar en acción.
Hay que prepararse, una vez más, para una guerra nuclear. Estos son unos Wargames a los que hay que tomar en serio porque un general loco ha secuestrado al presidente ruso y tiene todo preparado para entrar en combate. La respuesta viene del otro lado del Atlántico y se encargan de ellos un submarino encabezado por un capitán novato y un equipo de Navy Seals que se han introducido anónimamente en la bahía de Kola.
Con el párrafo anterior, el argumento prácticamente está desentrañado. La película se basa en una novela escrita por Don Keith y George Wallace, de cuya puesta en escena se ha encargado Donovan Marsh, responsable en su día de Spud -2010-. Con Gerard Butler como uno de los productores del film, no es de extrañar que sea la estrella de la función, encarnando a Joe Glass, el oficial al mando del USS Arkansas, que parte rumbo al Ártico con la misión de saber lo que ha ocurrido con otro buque de similares características con el que se ha perdido contacto.
Glass es un militar hecho a sí mismo que no pasó por la academia en la que se forjaron la mayoría de oficiales de la Marina estadounidense. Su tarjeta de presentación es la de un hombre experto, pero también sensible y compasivo. Está a punto de cazar un precioso ejemplar de rumiante y a última hora baja su arco al ver a la familia del animal trotar detrás de él. Demuestra conocer a la perfección los entresijos del barco que dirige, y se mantendrá firme y decidido ante sus hombres.
Inicialmente, la acción se muestra en varios frentes. En Rusia, un general rebelde, el Ministro de Defensa Dimitri Durov –Mikhail Gorevoy-, secuestra a su presidente, Zakarin –Alexander Diachenko-, lo que motiva a que los norteamericanos envíen un equipo de rescate encabezado por el teniente de los Navy Seals Bill Beaman –Toby Stephens-. La parte del león se la llevan este último y el protagonista absoluto del film. En los primeros compases hay que añadir al almirante Charles Donnegan –Gary Oldman-, Jefe del Estado Mayor, y el contraalmirante John Fisk –Common-, quien debe tomar decisiones arriesgadas junto con Jayne Norquist –Linda Cardellini-, analista senior de la Seguridad Nacional. La cuota femenina se amplía con la Presidenta de los Estados Unidos, Ilene Dover –Caroline Goodall-.
Entre espectaculares imágenes en el fondeo del mar, el navío de Glass encuentra los restos del otro submarino norteamericano, cuya tripulación ha perecido al completo, y los de otro sumergible ruso, de los que rescatan a varios hombres, incluido su capitán, Sergei Andropov –Michael Nyqvist-. El problema se agrava para el USS Arkansas cuando un destructor ruso le localiza en aguas jurisdicionales del país euroasiático. Los norteamericanos no pueden disparar primero so pena de comenzar una guerra nuclear. Por si fuera poco, la acción de los Navy Seals para liberar al presidente ruso también juega en contra del Gobierno de Washington.
Durante dos horas de proyección, el ritmo es frenético. Donovan Marsh se ha encargado de filmar una película bélica como las de antes, con todos sus clichés supervivientes de una época de gélidas relaciones entre los dos países que intervienen en esta propuesta. Salvo el personaje principal, los demás resultan bastante superficiales y están al servicio del rol de Butler, que vuelve a acreditarse como un actor solvente en el cine de acción.
Es verdad que el largometraje tiene fisuras, que las vías de agua amenazan con hundirlo, y que las reparaciones deben ser urgentes como las de cualquier submarino expuesto a ataques enemigos. Sin embargo, sale adelante con decoro y, quizá, contra todo pronóstico. Quedan muchas cosas en el aire, y otras resultan increíbles. Tampoco ayuda un montaje que no pasa del aprobado. Pese a todo ello, la acción lo mantiene en pie hasta completar un producto recomendable para todos aquellos espectadores quieran ir al cine a entretenerse y olvidarse de todas sus preocupaciones.