La noche de las dos lunas (****)

Será tu hijo

Después de tres meses de embarazo le informan a una mujer que el bebé que lleva en su vientre tras una fecundación in vitro no tiene su ADN. Los óvulos fecundados fueron cambiados en la empresa donde se llevó a cabo la intervención y ahora toca conocer a los padres biológicos.

La película presentada por Venezuela a las Goya intenta repetir el galardón que ganó en su día el mismo cineasta, Miguel Ferrari gracias a Azul y no tan rosa .2012-. Argumentos cinematográficos le sobran para ello, puesto que se trata de una propuesta que combina dramatismo con ternura, momentos de humor bien dosificados y una puesta en escena efectuada con rigor y profesionalidad envidiables. Por ejemplo, cada secuencia señala el estado de ánimo de los protagonistas, tanto en los colores como en la posición de sus cuerpos. Un trabajo a degustar.

En pleno atasco, Federica Marín -Prakriti Maduro- deja plantado a su amante, un hombre casado que no quiere avanzar en su compromiso. Posiblemente sea la secuencia menos importante del filme, aunque sirve para que la protagonista tome el teleférico de la capital, conocido también como Warairarepano. Vive en la zona alta junto a su madre Eva Soler -María Barranco-, una antigua estrella de las telenovelas refugiada en la revisión de sus trabajos y en el alcohol.

La joven, escritora de cuentos, nada en una piscina junto a su mejor amigo, un homosexual llamado Ubaldo Garrido -Albi D Abreu-. Sin mirar a las embarazadas que hacen ejercicio, le propone que sea el padre de su hijo. Primer paso para que lleve adelante su deseo mediante fecundación in vitro. Tres meses después de iniciada la gestación, la clínica en la que se llevó a cabo la intervención le informa de que el bebé no tiene su ADN. Ansiosa por conocer quien s la mujer que lleva en su vientre a su hijo biológica, descubre que se trata de una cantante llamada Fabiola Martín -Mariaca Semprún- y cuya pareja es un exitoso hombre de negocios llamado Alonso Aragón -Luis Gerónimo Abreu-.

Federica no es afortunada en el amor. Una amiga suya -Hilda Abrahamz-, que lee la mano a los turistas, le dice que su línea de corazón avanza que todos los hombres con los que pueda encontrarse son unos sinvergüenzas. Con esa frase parece que el autor tiene derecho a eliminar cualquier tipo de amoríos. Nos centramos por tanto en los embarazos. La disyuntiva emerge con claridad para discernir si el hijo verdadero de una mujer es el biológico o el que la madre alumbra tras la gestación.

La madre del personaje central puede hablar por sí misma, aunque su experiencia no sea pareja. Es muy clara cuando le dice a Federica que el hijo que lleva en su vientre será suyo. Miguel Ferrari alterna pasajes musicales con dramatismo, ternura y, el toque de humor que corre a cargo de María Barranco. En su papel, y en general en toda la producción, hay una clara influencia de Pedro Almodóvar, pero el cineasta de Caracas sabe desprenderse de cualquier corsé para aportar su propia personalidad.

Hay imágenes contundentes y secuencias impactantes, pero lo mejor se ha reservado para el final. Desvelarlo sería hacer un flaco favor a los espectadores. Baste decir que su fuerza es hipnótica. Dos cabinas de teleférico, dos madres y un nacimiento. Probablemente uno de los más poderosos que se haya visto en la pantalla. Y todo ello con una partitura efectiva de Sergio de la Puente y una interpretación de muchos quilates.

Prakriti Maduro se lleva los elogios. Surgida del ámbito de las telenovelas, saltó a la fama gracias a Reina de corazones. Esta directora y actriz ha trabajado en diversos países latinoamericanos, desde su Venezuela natal hasta Bolivia y Uruguay. Junto a un guion cuidado con mimo, una escenografía brillante y una puesta en escena llena de matices de Ferrari constituye lo mejor de una producción de altos vuelos.