Las aventuras del Doctor Dolittle (Dolittle) (-)

¡Un médico, por favor!
Tras perder a su esposa, el doctor Dolittle, que puede hablar con los animales, se refugia en su mansión británica junto a sus exóticas mascotas. Cuando la Reina languidece y está a punto de perder sus posesiones se embarca en un épico viaje para conseguir el remedio que se encuentra en una remota isla.
De nuevo el cine recurre a los personajes creados por Hugh Lofting y cuyas historias comenzaron a publicarse hace un siglo y se extendieron durante un par de décadas. Vaya por delante que a mi nunca me hicieron excesiva gracia y mucho menos sus adaptaciones cinematográficas. Lamentablemente, esta producción dirigida por Stephen Gaghan, responsable de títulos como Syriana, no solo no ha alcanzado el listón esperado, sino que lo han hecho descender bastante más.
A través de unas secuencias de animación sabemos que el veterinario John Dolittle -Robert Downey Jr.- perdió a su esposa Lily -Kasia Smutniak- siete años atrás. Desde entonces se encerró en su mansión con sus mascotas más apreciadas, animales de toda clase, descuidando su aspecto personal hasta límites extremos. Como si fuera un ermitaño. Cuando la Reina Victoria de Inglaterra -Jessie Buckley- está aquejada de una extraña enfermedad Lady Rose -Carmel Laniado- le llama a palacio para que encuentre un remedio si no quiere perder todas sus posesiones y que, como consecuencia, sus animales sean desperdigados en plena temporada de caza. Ese mismo día
Dolittle tiene la convicción de a la soberana la están envenenando y que el responsable es su ministro más próximo, Lord Thomas Badgley -Jim Broadbent- y un antiguo compañero de colegio del veterinario y su rival desde entonces, el doctor Blair Müdfly -Michael Sheen-. La solución pasa por encontrar el antídoto que se encuentra en el Árbol del Edén, que crece en una lejana isla. Tras hablar con sus más allegados, entre los que se encuentra un avestruz, un gorila, un pato y un oso polar, estos le convencen de que debe partir cuanto antes.
La historia, que nos llevará a otra ínsula dominada por un grupo de bandidos encabezados por Rassouli -Antonio Banderas-, padre de Lily, permite la aparición de otros personajes recurrentes. Entre ellos, Tommy Stubbins -Harry Collett-, el aprendiz de Dolittle, quien el día que fue reclamado a presencia de la Reina le entregó a su autoproclamado maestro una ardilla a la que había herido accidentalmente. También aparecen otros miembros de su familia, siendo el más destacado su tío Arnall -Ralph Ineson-, el zapatero preferido del protagonista. Junto a ellos, no hay que olvidar cameos importantes: Emma Thompson, John Cena, Rami Malek, Octavia Spencer, Ralph Fiennes, Selena Gómez y Marion Cotillard, entre otros.
La idea, suponemos, era plasmar en el celuloide una aventura épica y fantástica, rebosante de efectos especiales y con los animales generados por ordenador ofreciendo una sensación afable repleta de cariño. ¿Qué nos encontramos? Nada menos que con una propuesta infantiloide y absolutamente confusa que aburrirá a los mayores y no podrá contentar a los más pequeños. Hará falta la presencia de un médico para aliviarnos del dolor de cabeza que nos levantará la película o del malestar que nos producirán sus imágenes. Estamos a finales de enero, pero no nos equivocaremos muchos si adelantamos que esta producción figurará por derecho propio entre las peores del año dentro de las que han requerido un presupuesto significativo.
Hay muchas secuencias grupales que se transforman en un auténtico galimatías. Varios personajes hablan a la vez, y como quiera que cada uno de los animales tiene una peculiaridad en su voz, el resultado es de una enorme anarquía que producirá en los chavales el efecto contrario al de la diversión. Incluso, hay que hacer esfuerzos para comprender una trama que, lejos de complicarse, se transforma en una especie de puzle.
El film tuvo muchos problemas de postproducción, lo que obligó a retrasar su estreno comercial. Está claro que no se han conseguido solventar a pesar de haberle metido mano diversos responsables y otros tantos equipos. Robert Downey Jr. completa uno de esos papeles que figuran por derecho propio en la cara oscura de su filmografía y Antonio Banderas no recupera prestigio ni sube peldaños de reconocimiento con este trabajo. Se ha desperdiciado mucho dinero, tiempo y esfuerzo en una historia confusa y cogida con alfileres. Es difícil encontrar aspectos salvables. Ni tan siquiera el humor al que se intenta recurrir y que no convence en absoluto.