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El viaje más largo (***)

8 noviembre 2020

Vuelta al mundo, viaje a las estrellas

Hace quinientos años que Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo junto a otros 18 hombres. Solo hay que echar la vista atrás medio siglo para ubicar la llegada del ser humano a la Luna. Dos hazañas arriesgadas, aunque separadas en el tiempo, llevadas a cabo de forma paralela.

No es frecuente que un documental se nutra en buena parte de secuencias animadas. Manuel H. Martín, autor de novelas gráficas y responsable de dos trabajos fílmicos anteriores lo ha dispuesto de este modo en El viaje más largo, estrenada directamente en Filmin. Se trata del relato de la aventura iniciada por Fernando de Magallanes y culminada por Juan Sebastián Elcano y que, a la postre, se certificó como la primera vuelta al mundo.

La narración incluye también testimonios, tanto de expertos portugueses como españoles. Es el caso de Ignacio Horcada, vicealmirante y secretario de la Comisión del Ministerio de Defensa V Centenario. También de Bruno Gonçalves Neves, teniente de navío y jefe del Servicio de Investigación del Museo de la Marina de Portugal.

Hablan de lo que supuso aquella gesta iniciada por Fernando de Magallanes cuando intentaba llegar a las islas de las especias por una ruta a través de occidente. Intuía que podría haber un paso a través del continente americano. El monarca portugués desechó la idea y el marino lusitano, perteneciente a la baja nobleza, buscó honores y gloria en la corte de Carlos I, recién entronizado en el trono de Castilla.

Cinco naves partieron de San Lúcar de Barrameda, y en una de ellas, la Victoria, figuraba como maestre Juan Sebastián Elcano. De poner en valor aquella iniciativa en extremo arriesgada se encargan Pablo Emilio Pérez Mallaína, historiador Catedrático de la Universidad de Sevilla, y Silvestre de Almeida Lacerda, director del Archivo Nacional Torre do Tombo. Otros intervinientes son el luso José Marques, presidente de la Comisión Y Centenario Circunnavegación

El documental narra una empresa que parecía condenada al fracaso por los intereses contrapuestos de la tripulación. Los españoles eran mayoría y Juan de Cartagena, capitán de la San Antonio la segunda nave, pretendía imponer su criterio y su mando al propio jefe de la expedición. Y eso que Magallanes había nombrado capitán general por la Corona.

Se narra la historia, relatada principalmente por el geógrafo y cronista italiano Antonio Pigafetta, que estaba a bordo del Trinidad, el navío que encabezaba la odisea. Dos barcos se perdieron antes de llegar al Pacífico, de un tercero hubo que prescindir y el Trinidad, debido a una vía de agua, no pudo abandonar Filipinas. Se quedó en el archipiélago, en el que Magallanes murió en una escaramuza de los aborígenes junto a los lugartenientes que quedaban.

Solo permanecía en pie la Victoria y Elcano, que se había librado de la muerte por estar enfermo, fue elegido como responsable para regresar a casa. Tocaron puesto español nuevamente en San Lúcar de Barrameda tres años y un mes después del inicio de su singladura. Salieron 238 hombres y regresaron 18, exhaustos, malnutridos y deshidratados.

Manuel H. Martín hace hincapié en dos cuestiones que, a la postre, encuentran un mismo camino. La parte histórica atañe al duelo que sobre los océanos mantenían las coronas de España y Portugal. El Tratado de Tordesillas había repartido el mundo conocido y los lusitanos disfrutaban del sendero oriental hacia las islas de las especias. De ahí el interés de los Austria porque se pudiera encontrar una ruta por occidente que se estimaba mucho más corta de la que es en realidad.

Esa competencia es semejante, según la tesis del autor, a la que mantuvieron Estados Unidos y la extinta URSS por el dominio del espacio. Ambas carreras son paralelas, también sus conquistas, la forma de conseguirlas y el resultado de las mismas. Lo reafirman José María Madiedo, astrofísico, colaborador de la Agencia Estatal Europea y Ana Pires, investigadora INESCTEC/ISEP, candidata a Científica-Astronauta.

De la misma forma, los medios materiales con los que contaban los marineros y los astronautas eran similares en razón a la época. Rudimentarios, según la civilización actual. Resulta prácticamente inconcebible que Elcano completase la circunnavegación del globo y que Neil Armstrong dejara su huella en la Luna con los medios que ambos disponían.

From → Cine

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