Cazadores de brujas (Zlogonje – The Witch Hunters) (**)

Cazadores de brujas – Animosos justicieros

La vida de un joven de diez años con una parálisis cerebral parcial da un cambio radical cuando una nueva chica llega a su clase. Desvergonzada y sin nada que ocultar, pide ayuda para que su padre se libere de su nueva novia. Está convencida de que se trata de una bruja que le ha sometido gracias.

El cine juvenil es una constante en todas las filmografías, y esta producción es un buen ejemplo. Se trata de una producción entre Serbia y Macedonia del Norte que se ubica, según su título original, Zlogonje, en una localidad prácticamente fronteriza. Su personaje central en Jovan -Mihajlo Milavic-, un niño de diez años con parálisis cerebral parcial.

Es un muchacho tímido y retraído, situación que no está contraindicada con sus sueños de convertirse en una especie de súper héroe que repara todas aquellas injusticias con las que se encuentra. Los enemigos en estas aventuras oníricas con los matones de la clase, tres compañeros de curso acostumbrados siempre a salirse con la suya. Jovan es bastante avispado a pesar de su enfermedad, y salvo por su retraimiento y una visible cojera podría decirse que es uno más en el colegio.

Un día llega una nueva alumna a su clase. Se trata de Milica -Silma Mahmuti-, una muchacha decidida y desvergonzada a la que sientan junto al protagonista. El chaval se rebela y pide a sus padres que hablen con los responsables del centro educativo porque no quiere compartir pupitre. Está acostumbrado a una intimidad que ahora se le escapa por momentos.

Todo cambia cuando la chica se presenta en su casa dispuesto a jugar con él. Jovan sale de su zona de confort de los videojuegos y poco a poco se convierte en buen amigo de Milica. Puede confiar en ella. Por eso, cuando le pide ayuda para una cuestión familiar, no duda en ponerse de su lado. Claro que las intenciones de la recién llegada no parecen ser muy inocentes.

Pretende asesinar a la novia de su padre porque entiende que es una bruja que le ha hechizado con sus conjuros. Ese es el motivo por el que está sola con su madre y han tenido que mudarse. También aporta supuestas pruebas de que se trata de una hechicera. Jovan tiene ahora una buena excusa para convertirse en el súper héroe que siempre quiso ser y, de paso, ayudar a su amiga. Un justiciero de autobús, lo que no impide que su plan conjunto se ponga en marcha.

Con su primer largometraje, Rasko Milijkovic muestra sensibilidad para contarnos esta historia. La aventura está bien resuelta y entretiene siempre que no pensemos demasiado en lo que sucede en la pantalla. Y ni mucho menos tengamos en cuanta el deseo criminal de los dos jóvenes protagonistas. No es un buen ejemplo para los niños por muy bien que se lo pasen con esta propuesta que, por otra parte, tiene un buen fondo en lo que se refiere a mostrar a un chico discapacitado como un ser humano normal.

El largometraje es una curiosidad por su temática y la cinematografía de donde procede. Resulta amable y alberga pasajes en los que arrancan la sonrisa del espectador. No hay aspectos antinaturales en su interior, ya que todo sucede de una manera espontánea y lógica. Posiblemente, su título resulte excesivamente generoso para sus protagonistas. Hasta puede llevar a engaño, porque no presenta a unos Hansel y Gretel con ánimo de revancha. Son seres normales, con la imaginación lógica y desbordante de chiquillos de diez años.