Fellini de los espíritus (Fellini degli spiriti (***)

Los viajes de un genio
Investiga la pasión por lo que el cineasta definió como «misterio» -lo esotérico y el mundo invisible- en su incansable búsqueda de otras posibilidades, otras dimensiones, otros viajes; y de todo lo que alimenta el vuelo del espíritu y la mente. Estos temas, que impregnan su filmografía, fueron objeto de su investigación personal.
Cuando te enfrentas a un documental casi siempre saben lo que te vas a encontrar en líneas generales. Luego, hay puntos, declaraciones o detalles que son novedosos y aportan un peso específico notable. Confieso que con Fellini de los espíritus me he sentido absolutamente confundido. Esperaba haberme encontrado un a trabajo que profundizase en los aspectos narrativos del genio de Rimini. Mucho más, por cuanto viene firmado por la crítica Selma Dell’Olio.
Sí que hay un apartado que tiene que ver con su cine, el del mundo onírico. A partir de La dolce vita, cambia su forma se enfrentarse al séptimo arte y lo que desea narrar. Deja atrás el neorrealismo y confunde a católicos y marxistas con propuestas en las que ambos extremos le acusan de pertenecer al contrario. Lo que más se evidencia es ese universo espiritual que aparece en sus filmes. Visiones poco terrenales que también plasmó en sus dibujos y storyboards recogidos en El libro de los sueños.
Con un montaje excelente e imágenes de sus películas, el documental se nutre de diversas entrevistas en distintos idiomas. Se incluyen fragmentos de una charla que mantuvo en España con el comunicador Joaquín Soler Serrano en el programa A fondo. Se incluye al principio, en el primero de los capítulos en el que está dividido el documental y que se refiere a los viajes. A Federico Fellini no le gustaban. Ni desplazarse en avión ni acceder a otros lugares fuera de Roma o de la playa de Ostia. Afirmaba que no le aportaban nada.
Este largometraje se llevó a cabo con motivo del centenario de su nacimiento, que se conmemoró el 20 de enero de 2020. Arranca con las imágenes del sepelio del cineasta, que gozó de honores semejantes a los de un jefe de Estado. De los viajes físicos se pasa a los astrales y a las ensoñaciones. Muy influenciado por el alemán residente en Italia Ernst Bernhard, siguió a pies juntillas los postulados de Carl Gustav Jung.
El alma es inmortal, afirmó el médico suizo. Se cuenta que la noche del fallecimiento de Giuletta Massina en el hospital Columbus otra enferma afirmó que había soñado que Federico Fellini vino a buscarla aquella noche con un niño en sus brazos. Ellos tuvieron un hijo que murió de forma prematura, aunque por entonces no era un dato muy conocido.
La mayor parte de las declaraciones en el film van esa dirección. Especialmente por parte de su amiga mágica, Annalisa Carlucci, que nos remite al que fuera su maestro espiritual, Gustavo Rol, muy popular en la época por sus supuestos poderes paranormales. Se decía que pintaba sus cuadros moviendo a distancia los pinceles. Solo gracias a su mente.
Las referencias a su cine se remiten a que en sus películas el tren es un denominador común, también los viajes, aunque fuesen espirituales. Fellini estaba muy interesado en los astrales. Ni la presencia de los directores William Friedkin y Terry Gilliam aportan más datos. Únicamente algunos de quienes fueron sus colaboradores se remiten a la forma en que se enfrentaba al rodaje cada día. Dan a entender que la inspiración le llegaba de repente y que la noche anterior desconocía como iba a manifestarse en el set.
En esa dirección van las declaraciones del guionista Gianfranco Angelucci, la coreógrafa Leonetta Bentivoglio, su asistenta personal Fiammetta Profilli y periodistas relacionados con el mundo esotérico. El propio Nino Rota, su compositor de cabecera, pasaba por tener una de las bibliotecas de ocultismo más importantes de Italia. Su música resuena sin cesar, aunque se incluyen fragmentos de quien sería su sucesor en los films de Fellini. También Nicola Piovani hace su aportación al documental.
Nos quedamos con ganas de saber el otro lado espiritual, el de las imágenes. Recordemos que únicamente Ensayo de orquesta es un guion completamente suyo. El paso del texto al celuloide es algo que está sin explorar en los trabajos sobre Federico Fellini. Ahí tendrían mucho que decir sus coguionistas o intérpretes de la talla de Roberto Benigni, con papeles destacados en algunos de sus filmes.