Ojalá te mueras (Remélem legközelebb sikerül meghalnod – Hope You’ll Die Next Time) (***)

Ojalá te mueras – Un perfil falso
Eszter es una chica de 16 años enamorada en secreto de su profesor de inglés, al igual que lo está de ella su compañero de clase Peter. Cuando el educador anuncia que dejará la escuela para irse a Londres, Eszter recibe un mensaje de despedida muy especial. Así se inicia una relación online de consecuencias inesperadas.
Poco a poco nos vamos acostumbrando a los chats telefónicos llevados a la pantalla. Conversaciones privadas a las que accedemos con los típicos bocadillos insertados en las imágenes y que al principio nos parecían poco llevaderos cuando eran insistentes. Ahora comienzan a ser habituales, y de suma importancia en esta producción húngara del debutante Mihály Schwechtje.
El mundo adolescente, con sus deseos, su sexualidad y sus frustraciones están presentes en este título que ataca directamente a los perfiles falsos en las redes sociales. Sus giros de guion resultan muy efectivos para construir un drama bastante sólido que coquetea con el thriller. Tampoco nos priva de un erotismo palpable, propio de unos jóvenes que están en la edad y descubren que el mundo n les pone las cosas tan fáciles como piensan.
Eszter -Zsilvia Herr- es una buena estudiante aficionada a los anime. En su habitación hay representaciones de muchas de sus heroínas y ella misma lleva el pelo teñido de malva. Como su amiga y compañera Adri -Judit Lénárt- está secretamente enamorada de Csbaba -Csaba Polgár- su profesor de inglés. Cuando éste anuncia que le han ofrecido un trabajo en Londres y partirá con su familia, le organizan una fiesta de despedida en casa de Eszter, cuya madre la tiene parcialmente desatendida a causa de trabajo.
Sumida en la depresión, la protagonista remonta el vuelo cuando recibe un correo de Csababa agradeciéndole el homenaje. Ella confiesa que le ama y comienzan una relación a distancia en la que es ella quien más expone, incluso desnudándose ante la webcam. No puede ver a su interlocutor, quien afirma corresponderle porque se excusa con un apartamento de reducidas dimensiones y la presencia de su esposa.
En paralelo tiene un problema con Beni -Rácz David-, a quien su novia ha puesto en ridículo y lo compensa en estado de embriaguez dejando al descubierto la ropa interior de Eszter. La acción propicia las disculpas del joven obligado por su padre. Es un primer paso para que los dos estudiantes se aproximen.
Pero la sorpresa viene por parte de otro compañero de clase, Peti -Kristóf Vajda-. Está enamorado de la chica de pelo malva y ha creado un perfil falso en redes sociales. Haciéndose pasar por el profesor de inglés consigue que ella le confiese sus deseos más íntimos. Incluso llega a imitar su voz para resultar más creíble. Está decidido a hacer cualquier cosa con tal de que convierta en su novia. Incluso adopta un perro. El problema es cuando ella, ajena a sus sentimientos, intima con Beni.
Esa relación es la que no termina de funcionar al cien por cien. Mihály Schwechtje minimiza su historia reduciendo los personajes y forzando un idilio no tan creíble. Mientras, un acosador se mantiene en la sombra aprovechando la credulidad de la protagonista. Vemos como una mala utilización de las nuevas tecnologías puede derivar en situaciones realmente trágicas. En ello tiene mucho que ver los deseos de notoriedad a través de la Red y el frenesí actual por la utilización de los teléfonos móviles.
Hay un pasaje que no debe pasar desapercibido. Nos referimos al momento que tres miembros de una misma familia están en la misma habitación de la casa, cada uno con su celular. Algo más inadvertido pasa la influencia que sobre los personajes centrales ejercen las familias desestructuradas. Al padre de la protagonista ni se le nombra, y la madre de Peti le anuncia a él y a su hermana que su nuevo amor se instalará en su domicilio.