Saltar al contenido

La madre del blues (Ma Rainey’s Black Bottom) (**)

22 febrero 2021
La madre del blues

Dios no quiere a los negros

Corre el año de 1927 y Ma Rainey se encuentra grabando una nueva producción discográfica. La situación se empieza a poner tensa por las diferencias entre la llamada Reina del Blues, su agente y el productor debido al control de su música Por su parte, el trompetista desea tener mayor protagonismo.

Hay varias lecturas en esta puesta en escena, en principio, centrada en Ma Rainey. Se trata de una figura histórica del blues clásico, deudora en su estilo de Bessie Smith, y que llegó a grabar un centenar de canciones hace ahora un siglo. La primera es que, aunque no se supiera, se advierte una clara procedencia teatral. Efectivamente, el cineasta George C. Wolfe se basó en el texto de August Wilson y no ha conseguido desprenderse de esa etiqueta.

La historia parece centrarse en las desavenencias de los músicos que acompañarán a la cantante en una sesión de estudio mientras esperan su llegada. Sus puntos de vista y sus relatos se ven salpicados con la interpretación de diversos temas, lo que le permite lucirse a Viola Davis en una actuación que le valió ser nominada para el Globo de Oro.

También lo fue, a título póstumo, Chadwick Boseman. Quien diera vida en la pantalla a Black Panther falleció a causa de un cáncer de colon y esta fue su última aportación al séptimo arte. Su rol es el de Levee, un trompetista que quiere formar su propio grupo y que pelea porque Ma interprete las canciones según sus arreglos, bastante más contemporáneos y rítmicos.

En una cochambrosa sala de los estudios musicales Paramount de Chicago también se encuentran el pianista Toledo -Glynn Turman-, el trombonista Cutler -Colman Domingo- y el bajista Slow Drag -Michael Potts-. Aguardan la llegada de la estrella mientras se desespera Irvin -Jeremy Shamos-, el responsable de la grabación. La cantante llega acompañada de su sobrino Sylvester -Dusan Brown- y de su amante Dussie Mae -Taylour Page-, quien tendrá un breve pero intenso encuentro sexual con Levee.

Otra de las reflexiones más importantes de esta propuesta reside en los abusos de propiedad intelectual que sufrieron los compositores de color. Era bastante usual que del talento de los afroamericanos se aprovecharan sus colegas blancos. Levee lo sufre en sus propias carnes, puesto que sus arreglos o composiciones, por mucho que le gustasen al productor Mel Sturdyvant -Johny Coyne-, terminaron en manos de una banda sin ningún miembro de color entre sus componentes.

No son las únicas reivindicaciones que muestra esta producción de Netflix. Los cuatro músicos tienen mucho tiempo para hablar, exponer sus puntos de vista musicales, y también para recordar dolorosos pasajes del pasado. Principalmente, los virtuosos de los metales. Levee vivió en primera persona la múltiple violación de su madre cuando unos vecinos entraron en casa. Posteriormente, su padre vendió las tierras, se trasladaron a otro estado, hasta que un día desapareció para tomarse cumplida venganza.

El joven afirma que después de ese pasaje no tiene miedo al hombre blanco, y le reprocha a Cutler su religiosidad. Dios no quiere a los negros, llega a insistir. Por su parte, el encargado del trombón refiere como tuvo que bailar con su Biblia ante varios hombres blancos en una estación de tren. Sin duda, se trata de pasajes para aliviar la mala conciencia y que ya estaban en el texto teatral. George C. Wolfe los ensalza con énfasis, y termina siendo una rémora según el lenguaje cinematográfico.

Los papeles son muy exigentes para los actores, y sin embargo no lucen como debieran porque las imágenes no toman aire. Resultan espesas y abigarradas, reduciendo sensiblemente el potencial de los personajes. Afectan al trabajo de Boseman y, sobre todo, al de Viola Davis. Magnífica salida la suya del hotel de Chicago acompañada de su amante y su sobrino mientras desafía las miradas del resto de clientes.

Al final, la figura de Ma Rainey no cuenta con el ensalzamiento debido y la función termina en tragedia, como si cuatro hombres reunidos en una habitación no fuesen capaces de llegar a un acuerdo. Para desembocar en un final trágico tienen mucho que ver el deseo de éxito de Levee y el servilismo de los demás músicos, componen todos ellos de la Georgia Jazz Band.

From → Cine

Deja un comentario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: