Lansky (**1/2)

El nacimiento del crimen organizado
Biopic del famoso gánster Meyer Lansky, que fue investigado durante décadas por el FBI. En su retiro, Lansky contrata a un periodista para que cuente su verdadera historia. De este modo se repasan la creación y auge del llamado sindicato del crimen organizado, por lo que desfilan los nombres más famosos del hampa en el siglo XX.
Es difícil repasar la historia del gansterismo en Estados Unidos sin mencionar la figura de Meyer Lansky. En un mundo controlado por inmigrantes o descendientes de italianos, la figura de un judío originario del extinto imperio ruso, despertaba recelo. Aun así, consiguió hacerse con una importante reputación que le llevó a un puesto en la mesa de dirección del recientemente creado sindicato del crimen. Hablamos de los años 30 y de personajes como Al Capone, Frank Costello, Lucky Luciano, Salvatore Maranzano, Albert Anastasia, o Vito Genovese.
En 1999 se presentó un largometraje para la pequeña pantalla titulado Lansky, el imperio del crimen, y ajora le toca el turno a este trabajo de Eytan Rockaway. Presenta un biopic al uso, con algunas fases destacables, una fotografía de mérito a cargo de Peter Flinckerberg y una consistente interpretación de Harvey Keytel. Da vida a Lansky cuando ya había entrado en la tercera edad. Comparte personaje con John Magaro, si bien es aquel quien fortalece la película con su presencia.
Se trata de otra producción más centrada en el mundo del hampa y en el ascenso de uno de sus grandes mitos. De Nueva York a Florida, este dominador de muchas facetas desarrolladas fue de la ley nacido en la actual Bielorrusia, acumuló dinero y poder. El FBI siguió la estela de Lansky durante décadas sin que hasta el día de hoy pudiera hacerse con el botín que se le suponía. Se hablaba, a finales de los años cuarenta, de alrededor de trescientos millones de dólares. Jamás ha sido hallado ese botín.
Harto de conjeturas y habladurías, decidió contactar con un periodista y escritor para que relatase su verdadera historia. David Stone -Sam Worthington- fue contactado por los representantes del Gobierno gracias a una mujer. Es uno de los personajes más importantes del film junto a Ben Bugsy Siegel -David Cade-. Se trata del sanguinario gánster protegido por Lansky, a quien dio vida Warren Beatty en la pantalla, que dilapidó el dinero de la mafia en su sueño de convertir Las Vegas en un referente del juego.
No hay elementos novedosos ni nada impactante en esta propuesta que cuenta con Maureen Duffy -Minka Kelly- y Anne Lansky -AnnaSophie Robb- como los roles femeninos más importantes. El guion pasa de puntillas por pasajes muy significativos o, simplemente, no los contempla. Fue decisiva la intervención de Lansky durante la Segunda Guerra Mundial. Período en el que consiguió la liberación de Luciano a cambio de ayudar a los astilleros de su país en su cruzada por recuperar la supremacía marítima ante el poderío de los destructores nazis.
No menos significativa fue la conexión del personaje central con la Cuba del dictador Fulgencio Batista. Llegó a tal extremo que el propio FBI llegó a sospechar que el dinero de Lansky podría estar en los alrededores de La Habana. En la capital levantó el Riviera en 1957 cuando ya dominaba el mundo del juego en la isla caribeña. Abarcar más de tres décadas obliga a simplificar y, en este caso, el argumento es una versión reducida de la biografía de este mafioso que supo mover muy bien sus piezas y codearse con los más importantes de su ralea.
De la cinta podríamos decir que tiene su arranque y su final en Harvey Keitel. Cuenta con la ayuda de otros colegas que encarnan a diferentes mafiosos y poco más. El guion parece desnortado y acumula desconchones. Un tipo tan acreditado se queda en la irrelevancia. El conjunto se queda en un biopic al uso y demasiado amable con su personaje central.