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Las fantasías (Les fantasmes) (**)

8 noviembre 2021
Las fantasías

Si es verdad que me quieres…

Enfrentadas a sus fantasías más ocultas, seis parejas intentan explorar las facetas más oscuras de su vida íntima. Seis puestas en cuestión sobre el acceso al placer. Desde la abstinencia, al exhibicionismo, seis historias distintas alrededor del mismo cuestionamiento sobre lo que es el deseo hoy en día.

No es mala idea mostrar en la pantalla grande algunas de las casi trescientas fantasías sexuales catalogadas. Partiendo de un film australiano –If you love me– Los hermanos David y Stéphane Foenkinos nos cuentan seis historias acerca de lo que algunos pueden definir como aberraciones y otros, simplemente, como una forma de enriquecer las relaciones de pareja. Para ello, se han nutrido de un elenco exageradamente importante que se encargan de ilustrar estos pasajes y da la sensación de haberse divertido con ellos.

No son historias habituales. Los Foenkinos han querido ir mucho más allá e indagar en algunas de las propuestas más extrañas con excepción del primer y último capítulo, dedicados a la ludofilia, o excitarse al representar un papel, y la autagonistofilia, o sentir placer cuando otros te ven haciendo el amor. Junto a ellos, se da pábilo a la sorofilia (sentir atracción por la hermana del ser amado), la dacrifilia o la tanatofilia (deseo incontenible con las lágrimas o con los difuntos conocidos) y la hypofilia, o estimularse por no tener relaciones sexuales.

Incluso las dos más conocidas se tratan de manera diferente. En el caso de la ludofilia, el hombre descubre que su verdadera vocación está en la interpretación y no en continuar como contable en una gran empresa. Las situaciones, por tanto, se llevan al límite, aunque no se indaguen a fondo. Contar seis historias en poco más de cien minutos no permite explayarse demasiado y se ha optado por relatos cortos, escritos con mayor o menos sutileza, pero hetrogéneas y no siempre con un nexo habilidoso.

Por esas razones, y a pesar de un magnífico reparto, la película es desigual. Despierta en el espectador el ansia de recapacitar sobre sus fantasías. En este sentido, es una propuesta sociológica próxima al psicoanálisis. A cambio, el tratamiento es más superficial de lo esperado y cuando se lleva al límite resulta más increíble que empático. Aunque no me llega a emocionar, reconozco que los autores de la delicadeza consiguen algunos momentos atractivos que llegan a conectar al espectador.

Es como un soplo de aire fresco ver a Carole Bouquet y Monica Bellucci convertidas en pareja y llevando una tarta a un vecino a los acordes de La danza de los caballeros de Prokofiev. Además, a ese pasaje le ayuda un vestuario elegante, gracias a una capa y un abrigo de alta costura. Aunque más difícil de aceptar, también es muy golosa la secuencia en la que Jean-Paul Rouve detiene a su mujer en la carretera disfrazado de policía.

Pasamos de la comedia negra a episodios más ácidos y a otros que parecen esperpénticos. Cae y decae sin apenas solución de continuidad. Finalmente, tiene más valor lo que influye en nuestra psique que la calidad cinematográfica. Es una propuesta para ver en pareja e indagar a la salida sobre las fantasías más ocultas de cada cual. Si de verdad amamos a una persona, ¿quién sabe hasta dónde podemos llegar?

From → Cine

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