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El rey de todo el mundo (***)

11 noviembre 2021
El rey de todo el mundo

Música y sentimientos

Manuel levanta de nuevo el telón de su carrera como autor, lo que incluye la posibilidad de enmendar errores del pasado y la esperanza de una reconciliación con Sara, su ex mujer. Actriz, bailarina y coreógrafa, tiene la posibilidad de interpretar el papel protagonista y, al mismo tiempo, firmar la coreografía.

Desde el rodaje de Iberia, el aragonés Carlos Saura ha profundizado en la música y la danza hispanoamericana. En El rey de todo el mundo pretende aunar el folclore español y el mexicano partiendo de la canción Fallaste corazón, popularizada por Pedro Infante. Tanto en la puesta en escena como en el aspecto visual existe una evolución lógica si tenemos en cuenta los últimos trabajos. Colabora de forma esencial la fotografía de Vitorio Storaro en un juego de luces y sombras que entronca con el ballet moderno, pero no experimental.

Esa característica que estudia en el film la lleva también hasta el estilo de baile, e incluso a la propia canción. Todas las versiones musicales muestran una revisión estilística profunda. Incluso temas que parecían tan rígidos como La llorona. Por lo que se refiere al ballet las novedades no son menores. Partiendo del danzón y el corrido mexicano, la visionaria coreografía mezcla pasos tradicionales con exhibiciones de break dance, danza moderna, e incluso algunos pasos de clásico.

Desde ese punto de vista, los apartados técnicos son impecables. Hay momentos en los que el tándem Saura-Storaro nos deja boquiabiertos. Sin embargo, la idea de convertir lo que en principio parecía ser un documental en una historia dramática deja muchas costuras abiertas. Manuel -Manuel García-Rulfo- es un autor y director teatral que tiene el encargo de montar un nuevo espectáculo teatral. Para ello, recurre a su ex, Sara -Ana de la Reguera-. Su regreso a los escenarios puede conducirle a una buscada reconciliación.

Para ello, le encarga la coreografía y le ofrece la codirección. Ella será la superviviente de un accidente de tráfico y se desplazará en una silla de ruedas. Paralelamente, asistimos a un castin del cuerpo de baile y la selección de los protagonistas. Saura crea un triángulo entre Inés -Greta Elizondo- y los dos coprotagonistas masculinos. Recrea los conflictos familiares de su personaje central y, por si fuera poco, enfrenta a dos bandas juveniles rivales. Empezamos con A Chorus Line y terminamos con West Side Story.

La trama está prendida con alfileres. Priman los bailes sobre las relaciones personales, demasiado escuetas y muy lineales. Una disculpa para bellas iluminaciones que se recrean en las siluetas y las transparencias para permitir que el resto pase ante de nuestros ojos como una ráfaga. Suena a hueco en una película de su autor. Hay que leer muy bien entre líneas para entretenernos más allá de todo los que se relaciona con la música. La breve duración de la propuesta también limita unas subtramas que, por acumuladas, no son resultonas.

From → Cine

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