Libertad (***1/2)

Una nueva etapa

Por primera vez en su vida, Nora, de catorce años, siente que no encuentra su lugar. Todo cambia con la llegada de Libertad, un año mayor que ella e hija de la mujer colombiana que cuida a su abuela, aquejada de Alzheimer. La presencia de la recién llegada, merced a su magnetismo, le abre perspectivas insospechadas.

Después de un periplo televisivo Clara Roquet se asoma al mundo del largometraje con una propuesta muy atractiva basada en el paso de la infancia a la pubertad de una muchacha llamada Nora -María Morera-. Junto a sus padres se dispone a pasar el verano en casa de su abuela Ángela, aquejada de Alzheimer. Se trata de una joven protegida por un entorno familiar perteneciente a una familia acomodada de Cataluña y el estío se presenta confuso, ya que desconoce exactamente dónde ubicarse. Ya no es una niña, pero no ha dado el paso siguiente.

Este relato con un alto porcentaje autobiográfico es un estudio acerca del descubrimiento de la pubertad. A sus catorce años Nora se enfrenta a un período de tedio junto a los suyos y Rosana, la mujer colombiana que cuida a su abuela. De repente, su existencia da un giro radical. La llegada de Libertad -Nicolle García-, la hija de Rosana, que creció con su abuela en su país de origen, supone una enmienda general.

A sus quince años, la joven se muestra rebelde e hipnótica. Se erige en centro de atención. Para ella, su madre es alguien que no tiene ascendencia suficiente. Rosana llora su presencia y Nora descubre nuevas posibilidades al entender que ese verano será muy distinto a los vividos hasta entonces. Las dos muchachas entablan una amistad creciente, a pesar de sus distintos modos de enfrentarse a su existencia. Libertad no cede en sus posturas y continúa viviendo a su manera, arrastrando con ello a su nueva amiga.

Clara Roquet enfrenta dos estilos familiares completamente distintos. De la educación casi sin límites en el país sudamericano, en la que se echa en falta la presencia de los progenitores, al confort de una cédula estable. Aunque Rosana fuese considerada como una más en la familia, su hija viene a alterar el equilibrio. Nora encuentra en ella la puerta de entrada a un mundo nuevo e imprevisto, dejándose llevar por la efervescencia y la independencia de su nueva compañera, imprevisible en sus actos.

Lo que en principio parecía una tentación controlable y lejana, pasa a ser un atractivo muy difícil de despreciar. Aun así, se mantiene el mismo denominador común en tanto que afecta al adiós a la infancia y a las notorias diferencias, casi imposibles de superar, que suponen la pertenencia a distintas clases sociales. Gracias a ello, se dirige con pulso firme a la búsqueda y el posterior encuentro de una vida que se identifica con el nombre del personaje llegado desde el otro lado del océano.

Con un guion ajustado de forma milimétrica la película fluye con un atractivo fuera de toda duda. Aunque la historia parece que está a punto de desmoronarse en algunos pasajes, lo cierto es que todo concuerda, mantiene un lúcido equilibrio y elude con acierto las iteraciones aparentes. El apartado visual está a la altura y la cineasta se muestra igualmente certera en la dirección de sus actrices.

Es uno de los debuts del año y marca el punto de partida de una directora a seguir. Firma una película que atrae y que se vuelve seductora por momentos. Disecciona con aguda lucidez dos estratos sociales totalmente opuestos y asciende un peldaño más en las propuestas que tratan del paso de niña a mujer. Lo hace con afilada intención, respeto y un evidente conocimiento de causa.