La familia Bloom (Penguin Bloom) (**)

La familia Bloom – Accidentes y resultados

Sam Bloom es una madre que vive feliz con su marido y sus tres hijos. Un accidente durante las vacaciones la deja paralítica. Mientras ella y su familia luchan por adaptarse a su nueva situación, un aliado impensable se presenta en sus vidas en forma de un pájaro herido al que llaman Pingüino por el color de su plumaje.

De nuevo, Naomi Watts se enfrenta a un personaje exigente. Nada menos que a Sam Bloom, una madre de tres hijos, apasionada del surf, que durante unas vacaciones se rompió la espalda a consecuencia de una caída. No hemos leído el libro en la que está basada esta película dirigida por Glendyn Ivin, con una larga trayectoria televisiva. En el film se afirma que reconvirtió su vida orientándose al kayak, aunque en realidad llegó a ser bicampeona mundial de surf adaptado.

Hay personas increíbles que aceptan completamente su lesión, pero yo no. La odiaba demasiado como para aceptarla. Son palabras de la protagonista, una enfermera que disfrutaba de una vida idílica en North Bilgola y disfrutaba de las playas de Sídney junto a su marido Cam -Andrew Lincoln– y sus tres hijos. Precisamente, la mayor, Noah -Griffin Murray-Johnston- es quien relata la historia. También se auto inculpa del accidente de su madre.

Sucedió durante unas vacaciones en Tailandia. Por indicación de Noah subieron a una terraza y, al apoyarse en una barandilla de madera podrida, Sam cayó desde una altura de seis metros. Con una interpretación entregada por parte de Watts vemos a una mujer que se rebela ante su nueva situación, impedida desde el pecho hacia abajo. Siente que no es la persona que quisiera, ni mucho menos la que era cuando llevaba una vida normal.

Un nuevo e inesperado personaje entró en una vida. Una urraca herida a la que pusieron de nombre Pingüino a causa del color de su plumaje. Aunque Sam era amante de los animales, acogió con recelo que Noah se interesara por cuidarlo. Progresivamente, la mujer y el pájaro se fueron acercando, y sus vidas se hicieron paralelas. Los progresos de ella discurrían semejantes a los de Pingüino. La aparición de una instructora de kayak dio un impulso inesperado a la protagonista.

Ivin presenta un relato de superación rodado con mimo, pero que se resiente de su experiencia en la pequeña pantalla. Elude imágenes sugestivas de los deportes acuáticos por mucho que no desdeñe la cámara submarina para mostrar un sueño de Sam muy parejo a lo que le sucedería posteriormente. Va directamente al grano y, sobrepasada la exposición, falta que la deja respirar. El reparto es efectivo, y cuenta con la presencia de Jacki Weaver, la heroína de Mejor que nunca junto a Diane Keaton.

El comienzo, con flashbacks incluidos, queda superado por un núcleo central bastante más eficiente. La relación entre Sam y Pingüino crece, y con ello también la película. Vuelve a decaer en su parte final y no vuelve a conseguir las cotas elevadas alcanzadas con anterioridad. Por mucho que la historia intente no ser predecible, la mayor originalidad se desprende de la presencia de la urraca.

Es muy difícil huir de lo convencional en un film de estas características, aunque Naomi Watts aporte su categoría como actriz. El entregado y comprensivo marido, sale muy bien parado en este conjunto. No en vano, fue uno de los coautores de la novela en la que se basa esta producción.