El valle de las linternas (Valley of the Lanterns) (*1/2)

El pasado compromete al futuro
Olistene ha estado elaborando linternas de papel para la celebración del Valle todos los años, desde que su abuelo le enseñó cómo hacerlo. La celebración de Año Nuevo se acerca rápidamente y su enfermedad empeora día a día, por lo que tendrá que contar con un ayudante muy especial: su nieto Porter.
Hay películas de animación que van dirigidas directamente a lo más pequeños de la casa. Otras, pueden verlas con complacencia todos los miembros de la familia. Por último, también hay ejemplos para adolescentes y para adultos. Esta producción canadiense, escrita y dirigida por el debutante Caleb Hystad no tiene un público muy definido. Al menos, no lo hemos sabido encontrar, aunque entendemos que busca complacer al sector más infantil..
Tiene algunas propuestas interesantes, pero se escabullen a lo largo de un desarrollo irregular sin que los gráficos, casi siempre abusando de evidentes superposiciones, lleguen a ser impactantes. Únicamente la suelta de las linternas hacia el cielo supone cierto atractivo. Lo cierto es que hemos visto secuencias semejantes en producciones japonesas que sí eran capaces de dejarnos boquiabiertos.
Con vistas al Año Nuevo en una localidad de un lejano valle se lanzan linternas de papel al cielo. Olistene las ha elaborado durante muchos años, tal y como su abuelo le enseñó. Aquejada de una enfermedad que la debilita día a día, cuenta con su nieto Porter para continuar con la tradición. No solamente eso. También domina el arte de las pócimas y los hechizos. Uno de ellos puede curar su enfermedad y aliviar los problemas de sus vecinos. Es un secreto del pasado que, sin embargo, amenaza con peligrar el futuro de sus allegados.
No he conseguido entrar en la película salvo en contadas secuencias que apuntaban hacia un título más poderoso. Me gustó la entrada, con un pequeño ser recogiendo unas flores azules y unas espadas entrelazándose con las raíces. Acepto que se debe ser cuidadoso para revelar a los demás que diversas leyendas del pasado son absolutamente ciertas. No obstante, creo que se dan demasiados rodeos en la historia y tampoco la hacen más agradables unos personajes con la boca en un lado de la cara, como aquellos dibujos bidimensionales de antaño.