Gora automatikoa (**1/2)

Galindo, un director de cine fracasado, reúne a sus viejos amigos, Pablo, que trabaja en una funeraria, y Dharma, un pedante artista con ínfulas de grandeza, para lograr cumplir su absurdo sueño: conseguir un Goya de forma automática por no tener rivales en su categoría que puedan apartarles de su idea.
Gora Autimakoa pretende reírse y se ríe de todo lo que puede. Especialmente, de los Premios Goya, aunque esa ironía, llevada a veces al extremo, bien podría verse recompensada por una estatuilla en el terreno de la animación. Sus autores conocen perfectamente las reglas para conseguirla y las aplican de forma estricta. Todo comienza cuando Galindo se queda fuera de los galardones pese a considerar que su última película tenía muchas posibilidades.
Durante la ceremonia asiste con sorpresa a la entrega del galardón correspondiente al mejor film animado. Al no haber más que una opción, se le concede el Goya de forma automática. Esta circunstancia le abre los ojos y decide preparar un largometraje para conseguir su sueño. Su primera opción es convencer a Pablo, un magnífico ilustrador que ahora trabaja en la funeraria de sus padres. Ante la reticencia de éste opta por hablar con Dharma, un artista pedante que se defiende con su música, aunque esquiva la popularidad y las concesiones.
Ya tenemos presentados a los tres responsables de esta sátira: Esaú Dharma, David Galán Galindo y Pablo Vara. Los dos que dudan terminan por convencerse de que el intento puede verse coronado por el éxito. Lo siguiente es ir preparando el film, para lo que cumplen escrupulosamente la norma de que, al menos, el setenta y cinco por ciento del metraje tiene que ser animado y que ha de estrenarse en tiempo en una sala comercial por lo menos durante una semana.
La producción combina personajes reales con dibujos, ya sean en blanco y negro o color. Los tres protagonistas gozan de su propia caricatura con líneas sencillas en blanco y negro. Es la opción requerida por los autores ya que, en otros momentos, presentan animaciones mucho más elaboradas. De diseño artístico no andan mal. Se pone de manifiesto en las viñetas que recuerdan a personajes como Antonio Banderas, Andy Warhol o Javier Bardem.
Durante poco más de hora y cuarto los tres responsables se ríen de ellos, de los premios, del séptimo arte en general y, especialmente del máximo galardón del cine español. Goya Automatikoa se titula su propuesta de ficción. Saben lo que quieren y lo transmiten de forma sencilla, irónica y con alguna grosería que no viene tan a cuento. El cine dentro del cine nunca se había mostrado tan cáustico y mordaz en las producciones domésticas.