La ley de Teherán (Metri Shesh Va Nim – Just 6.5) (7,6/10)

Un detective de narcóticos persigue a un narcotraficante en la sombra, al que no consigue ponerle rostro. Durante una redada captura a un especulador de menor nivel que lo conectará con otro de mayor importancia hasta que consigue identificar a la pieza de caza mayor que estaba buscando.
Después de debutar con Life and a Day, el iraní Saeed Roustayi nos sorprende con un thriller, género del que apenas hay ejemplos en esa cinematografía. Lo normal es que lleguen hasta nosotros historias comprometidas y dramas intimistas. Por eso se agradece Just 6,5, título por el que es conocida internacionalmente esta película, que fue premiada en el Festival de Tokio tras debutar en el de Venecia. La propuesta es sorprendente, compacta y de una calidad inesperada.
Sabíamos del talento de Roustayi como guionista y esta vez se le une una puesta en escena complicada de la que sale airoso cuanto más original resulta. Hay algunos momentos en los que parece abducido por el cine de Hollywood y esos son los pasajes que menos nos llaman la atención, como los referentes a las trampillas de ejecución por ahorcamiento. Al contrario, el hacinamiento de las cárceles y la forma de moverse con la cámara en ellas resulta un trabajo muy a tener en cuenta.
Narcotráfico y corrupción
La historia se centra en Samad -Payman Maadi-, un detective de narcóticos que espera un ascenso por el que también compite un compañero. Hay reticencias entre ellos y el protagonista debe andar con pies de plomo puesto que ya está siendo investigado por posible corrupción. Al margen de ello, lo que desea es dar con el paradero de Naser Khakzad (Navid Mohammadzadeh-, un tipo escurridizo del que únicamente se conoce el nombre. Una redada posibilita la detención de un pasante menor, pero tirando del hilo se alcanza el objetivo.
En Irán la ley castiga el tráfico de drogas con independencia de la cantidad que lleves encima. La pena de muerte es la sentencia más común. Ese es el motivo por el que los narcos juegan todo lo fuerte que se puedan permitir, lo que ha desembocado en que casi siete millones de los habitantes del país sean toxicómanas. Esa denuncia, como otros conflictos sociales no pasan de largo en esta producción. Hay momentos de especial dureza que se salpican con un trabajo policial que se pone en duda prácticamente a cada secuencia.
Vuelco absoluto
La sombra de Martin Scorsese es alargada, pero el autor de este nervioso thriller consigue encontrar por momentos su propio estilo. Lo hace a pesar de diálogos abrumadores y vertiginosos, aunque cuenta con unas actuaciones convincentes que palían esa circunstancia. Tras la detención del principal narcotraficante, el objetivo de la historia parecía cumplido. Sin embargo, se produce un vuelco inesperado que obliga a que el juez –Farhad Aslani– tenga que emplearse a fondo y no pueda fiarse de las primeras impresiones.
Con dos horas y cuatro de metraje, la propuesta nunca cansa. El espectador encuentra a cada paso nuevos elementos razonables para que no desvíe su atención. Ya sea por cuestiones relativas al thriller en sí o por las circunstancias sociales que se exponen en la pantalla. Ayuda la banda sonora de Peyman Yazdania, que ha sabido encontrar el punto justo para incrementar la tensión. Un ejemplo de la buena factura técnica de este largometraje, toda una sorpresa, que ya mereció ser candidato a los Premios César como mejor película extranjera.
Fecha de estreno en España: 24 de junio de 2022 (135 minutos).