Benediction (6,4/10)

Siegfried Sassoon sobrevivió a la I Guerra Mundial y fue condecorado por su heroicidad. A su regreso se convirtió en un crítico de las políticas bélicas de su gobierno. Durante sus años de trinchera escribió poesía y se inspiró en sus experiencias en el frente occidental para terminar siendo uno de los principales poetas de guerra de la época.
En ocasiones se juntan el hambre y las ganas de comer para formalizar una conjunción que empañan los eclipses de los astros celestes. Esto es lo que sucede con esta película, cuyo responsable es Terrence Davies, cineasta homenajeado en el Festival de San Sebastián, que suele ser meticuloso a la vez que elegante en sus películas. También bastante pedante. En esta ocasión cuenta con un poeta objetor y homosexual que, tras ser condecorado durante la I Guerra Mundial, fue seguido de manera incondicional por aristócratas y referentes literarios.
Gracias a la obra y la biografía de Siegfred Sassoon -Jac Lowden/Peter Capaldi- nutre su guion, premiado en la ciudad Donostiarra con una antología de citas poéticas ilustradas en la mayoría de las veces por imágenes de archivo en blanco y negro, algo inusual en la filmografía de su responsable. Hay otras referencias más habituales, como el cine de época, que le es tan caro y en el que se mueve como pez en el agua, y también las miradas al pasado. De ahí que veamos a su protagonista tanto en la segunda década del siglo pasado como cincuenta años después.
La bendición
El título, aunque rebuscado, como lo es la puesta en escena, no es baladí. Con la bendición se culminan los oficios religiosos y Sassoon, ya mayor, en presencia de su asombrado hijo, abraza la fe cristiana. Una salida con la que intenta expiar su existencia y la congratulación que espera por medio del matrimonio y la religión. Antes, tras ser condecorado en el frente, regresa como teniente y se convierte en furibundo crítico de los conflictos armados. Estima que las guerras pueden detenerse de inmediato si los políticos tuviesen firmes convicciones para ello.
No es un objetor de conciencia, pero sí un apasionado censor. Su posición social le libra de un tribunal militar a cambio de ser enviado a un hospital psiquiátrico en Escocia. Se encuentra con la complicidad de su médico, el doctor Rivers -Ben Daniels-, quien revelará su homosexualidad y sus inclinaciones poéticas. Será quien le presente Wilfred Owen -Matthew Tennyson-, poeta responsable de la publicación del centro, con el que mantendrá un idilio en secreto ya que esas prácticas estaban condenadas entonces. Su despedida es uno de los referentes del film.
Una obra intelectual
Se repasan los amores del protagonista con otros hombres, principalmente con Ivor Novello -Jeremy Irvine-, que sería El enemigo de las rubias -The Lodger- para Alfred Hitchcock. Con ese hombre de ojos crueles, en palabras de la madre de Sassoon, tendrá lugar la única escena de desnudos masculinos en la película. Será interrumpida por Glen Byam Shaw -Tom Blyth-, antiguo amante y posterior socio de Sassoon. Gracias a su posición y a sus ideas, muy pronto se convirtió en paladín de intelectuales y nobles, configurando un personaje muy especial.
Terrence Davies es un cineasta espeso, y este título apoya la sublimación de esa apuesta. Los largos planos, casi estáticos por parte de los actores, y las citas literarias abruman. Sobre todo, cuando la duración se alarga más allá de las dos horas y cuarto. Es una obra tan intelectual y meticulosa en ese sentido como lo es la decoración estudiada al milímetro de sus escenarios. El cineasta insiste en ser extremadamente puntilloso en ese sentido, de tal forma que a veces es más entretenido escudriñar cada rincón de la pantalla que asimilar las reflexiones poéticas.
Fecha de estreno: 8 de julio de 2022 (137 minutos).