El radioaficionado (6,4/10)

Tras la pérdida de su madre, Niko, un joven con problemas para relacionarse debido al autismo, vuelve a su pueblo natal con la firme idea de llegar a alta mar en dos días. Sus problemas para entender a los demás y su obsesión por demostrar su valía, pondrán en peligro su vida y forzarán su destino.
Sensibilidad. Esa es la nota predominante en esta primera película de Iker Elorrieta quien, no sabemos si por convicción o por ajustes de presupuesto, se encarga del guion, la fotografía y el montaje. Su historia se centra en Niko, un joven que flirtea con la treintena y padece autismo. Tras verle en la casa de su tía Raquel -Arantxa Galíndez- presenciamos un par de pasajes definitorios. Se dedica con esmero a la fabricación de una antena de radioaficionado, sector en el que es un virtuoso, y trabaja en una empresa de limpieza gracias a los servicios sociales.
A los mandos de una motocicleta llega a una localidad costera de Vizcaya, donde se encuentra en el muelle con Ane -Usúe Álvarez-, una antigua compañera de colegio, quien se dispone a ayudarle. Las pocas palabras iniciales del protagonista y el diálogo con la trabajadora portuaria confirman que es autista, demostrando que su frecuencia no coincide con las personas de su entorno. A partir de ahí tendremos que ir atando cabos, porque la narración de Elorrieta es más bien escueta y obliga a que bastantes situaciones haya que sobreentenderlas.
Regreso al mar
Se supone que el padre de Niko, marinero en esas costas, falleció hace años y que ahora ha sido su madre la que acaba de decir adiós. Por eso regresa desde Vallecas a la localidad en la que pasó su infancia con el deseo de llegar a alta mar y esparcir las cenizas de su progenitora. Encuentra en Ane un apoyo sustancial, aunque la situación mental del joven pueda desquiciarla y obliga al espectador a permanecer atento. Su equilibrio racional puede romperse en cualquier momento y las consecuencias se antojan imprevisibles.
Aun a pesar del relato esquemático, se pone en evidencia la intromisión de los servicios sociales y las fuerzas de seguridad en el caso de estos personajes que necesitan una atención especial para su integración. A cambio, muestran una capacidad para el trabajo o la comprensión muy superior a la media, aunque se encuentren en un ambiente hostil. Se refleja en la valoración laboral que lleva a cabo el padre de Lupo -Jaime Adalid-, el chico que está en silla de ruedas y que, junto a sus trabajadores, no duda en meterse con Niko.
Los personajes no se llevan al límite, salvo en el caso del protagonista, felizmente interpretado por Falco Cabo, un actor que proviene del teatro musical y cuaja una actuación sentida. Sus movimientos resultan perfectamente creíbles, así como su comportamiento en conjunto. Sin duda, uno de los mejores debuts del año. En un entorno frío y casi minimalista, pero cuidado con esmero, más complicadas de aceptar son las reacciones de Ane. Comprendemos sus carencias emocionales, una elipsis más del film y, sin embargo, la mayoría parecen forzadas.
Fecha de estreno en España: 2 de septiembre de 2022 (87 minutos).