Buena suerte, Leo Grande (Good Luck to You, Leo Grande) (7,1/10)

Nancy Stokes es una mujer jubilada y viuda que decide cambiar su vida para darle un poco de color. Dispuesta a disfrutar de su sexualidad de manera plena, recurre a los servicios de un gigoló llamado Leo Grande. Junto a él intentará experimentar una noche de placer y autodescubrimiento que le llevará a una exploración interior inesperada.

Una mujer recientemente jubilada después de haber sido profesora de religión contrata los servicios de un trabajador sexual dispuesta a pasar una noche loca. Jamás ha conocido a alguien que no fuera Robert, el hombre que la dejó viuda, y nunca ha tenido un orgasmo. Con esa premisa lo más normal es que nos encontrásemos con una comedia superficial, más o menos subida de tono. Incluso, podría penetrar en cuestiones más sofisticadas, como la sexualidad en la tercera edad o las diferencias generacionales.

Sin embargo, el guion de Katy Brand adquiere una nueva dimensión a la que nos lleva de la mano la cineasta australiana Sophie Hyde. Hay que insistir en que la película, una comedia dramática inteligente, se centra en una premisa indiscutible: no es sexo, es placer. Nancy Stokes -Emma Thompson-, es el nombre falso de una señora Robinson, su apellido real, que quiere experimentar un placer al que nunca ha tenido acceso. Ha alquilado una habitación en la que la cama, el sofá, el baño o la ventana son susceptibles de crear distintos ambientes.

Inseguridad y experiencia

La historia, a través de cuatro encuentros entre sus dos protagonistas se desarrolla en una estructura teatral que se rompe en el último acto. La mujer, nerviosa, raya en la histeria. Cuando llaman a la puerta se mantiene desconfiada. Ante ella aparece un joven apuesto Leo Grande -Daryl McCormack-, un gigoló que también oculta su nombre real, contratado por Internet. Es quien debe conducirle a un estadio de placer desconocido, después de haber dado un paso de gigante dentro de su educación y una existencia poco arriesgada.

Nada es como se espera, ni para los personajes ni para el espectador. La inseguridad de Nancy se mantiene, e incluso gana enteros. Quiere experimentar, aunque supone que nunca llegará a un éxtasis que supone que existe y que nunca ha alcanzado. Leo es un profesional que, pese a su juventud, demuestra gran experiencia. Se le ha pagado por un servicio y conoce los caminos necesarios para conseguir ese propósito por muy difícil que se plantee. La mujer ha elaborado una lista de deseos y el primero, sexo oral, ya emerge como un imposible.

Desnudos frente a sí mismos

El buen sexo esperado da paso a una desnudez física y también íntima. Leo consigue arrancar de Nancy unas confesiones que jamás se había atrevido casi ni a pensar. También de lo que piensan de sus hijos y de su actitud como tales. A cambio, ella profundiza igualmente en la esencia del gigoló, en sus razones y en su comportamiento con los más allegados. Pasa de ser clienta a profesora. Incluso, llega al estatus de madre y a conseguir que un tipo seguro de sí mismo y consistente en su trabajo llegue al borde del precipicio y pierda los papeles.

la desnudez nada metafórica ante ellos mismos llega al cénit gracias a un buen guion y a una interpretación cómplice y entregada. Aunque en el tercer encuentro hay un descenso, que se recupera casi de seguido, sus actores resultan determinantes en el éxito. No es un film para contentar a mujeres de edad que se avergüenzan de hablar de sexo. Se habla del placer, de la intimidad y de reconciliarse con su cuerpo a cualquier edad. McCormick es un descubrimiento. Tiene siempre el rictus adecuado y Hyde sabe cómo explotarlo. Emma Thompson cumple con riesgo una de sus mejores interpretaciones en la pantalla. Y eso ya es decir mucho.

Fecha de estreno en España: 2 de septiembre de 2022 (97 minutos).