Un buen doctor (Docteur?) (**)

Otro milagro navideño
En la víspera de Navidad, Serge es el único médico de urgencias que está disponible. Se trata de un hombre con actitud distante y fría, afectado por un terrible dolor de espalda. En una de sus asistencias cuenta con la ayuda de un repartidor a domicilio, quien se verá obligado a ponerse en su piel durante unas cuantas horas.
En Navidad todo es posible, y los milagros se suceden. Algunos son espectaculares, pero otros son íntimos, no necesitan publicidad y sirven para cambiar la inercia de las personas. Esto es lo que sucede con Serge Mamou-Mani -Michel Blanc-, quien tiene que trabajar en Nochebuena y es el único médico de urgencias en París. Suponemos que se ocupará de un barrio, porque un solo galeno para la capital francesa puede llegar a ser desesperante.
Esta comedia sencilla de Tristan Séguéla, que estrena directamente Filmin, mantiene un tono amable durante toda la proyección. Se centra en el citado doctor, que acusa un terrible dolor de espalda y cuya labor está puesta en entredicho por sus pacientes. Cuando es requerido para que atienda en su domicilio a una joven conocida con la que no mantiene buena sintonía, Rose Malaparte -Solène Rigot- se encuentra con un repartidor de Uber, Malek Aknoun -Hakim Jemili-, que le llevaba chucrut.
Desde ese momento, médico y desconocido se convertirán en inseparables. Por medio del teléfono y con micrófonos inalámbricos, Malek atiende las urgencias, mientras que Serge, desde el coche, le proporciona las indicaciones oportunas. Luego sabremos que su actitud avinagrada proviene de una Nochebuena pasada, cuando su hijo falleció en una estación de esquí a consecuencia de un alud. Por entonces, Rose era su compañera sentimental.
Entre los dos protagonistas se produce una compenetración admirable que gana enteros por la química entre los dos actores que los interpretan. Mientras Malek descubre una profesión que, desde ese momento, se sitúa entre sus objetivos futuros, Serge se ablanda, e incluso le proponen para un reportaje. Los mayores momentos de tensión nunca desembocan en tragedia, por lo que se mantiene siempre el tono simpático y sin estridencias.
Los diálogos, como el conjunto, son sencillos, y la puesta en escena de Séguéla pretende reafirmar la cohesión entre el doctor y el médico improvisado. Aporta también una figura recurrente en la persona de Grisoni -Frank Gastambide-, que se cruzará al menos en tres ocasiones con Malek y que hubiera supuesto poner todo patas arriba si lo hubiera reconocido. De esta forma, se desemboca en el milagro navideño, que afecta a pocos personajes, pero que sí son conscientes del cambio ocurrido en sus vidas.