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El último virrey de la India (Viceroy’s House) (**1/2)

24 julio 2017

Después de trescientos años, la Corona Británica está a punto de devolver la India a su pueblo. Para ello, llega Lord Mountbatten, bisnieto de la Reina Victoria, quien se encuentra con un panorama muy distinto al esperado. Paralelamente, se desarrolla una historia de amor entre un joven criado hindú y una joven musulmana.

Estamos ante un episodio histórico muy interesante, que culminó con la independencia de dos países y uno de los mayores éxodos de la historia. La descendiente de una familia que se desplazó cientos de kilómetros de India a Pakistán, Gurinder Chadha, es la responsable de esta puesta en escena en cuyo guion ha intervenido de forma activa.

En el argumento hay dos vertientes muy claras. Por una parte, la situación que se encuentra el matrimonio Mountbatten y su hija Lady Pamela –Lily Travers- al llegar a un país del que desconocían casi todo; y por otra el amor que se profesan Jeet –Manish Dayal-, un criado hindú, y Aalia –Huma Qureshi-, una joven musulmana que también ha entrado recientemente al servicio del Palacio. Él lo ha conseguido por recomendación de un amigo de su misma localidad como uno de los ayuda de cámara de Louis Mountbatten –Hugh Bonneville-, mientras que ella se incorpora como una de las damas de compañía de Lady Pamela.

En un empleo anterior, Jeet era un carcelero que trató con mucha deferencia al padre de Aaalia –Om Puri-, condenado por motivos políticos, mientras se enamoraba de la muchacha. Sin embargo, ambos profesan religiones muy diferentes, y en su reencuentro con ella conoce que ha sido prometida a un hombre de sus mismas creencias que ahora mismo está en el frente, combatiendo en la II Guerra Mundial.

La pareja de enamorados representa el escenario que se encuentran a su llegada Lord Mountbatten y su esposa Edwina –Gillian Anderson-. El virrey esperaba una transición tranquila hacia la independencia, pero se topa con un país muy pobre, súper poblado, y con dos bandos muy diferenciados debido a sus confesiones religiosas. Aunque el político se esfuerza por hallar una solución con los dos representantes de las facciones rivales, Jawaharlal Nerhu –Tanveer Ghani- y Muhannad Ali Jinnah –Cenzil Smith-, llega a la conclusión de que la única salida viable es la independencia de dos países. Pakistán, con capital en Karachi, e India, regida desde Nueva Delhi.

Con Mahatma Gandhi –Neeraj Kabi- como poco menos que figura decorativa, los Mountbatten se esfuerzan por conseguir los propósitos para los que han sido designados. Obsesionada por la pobreza reinante, Edwina se vuelca con la gente más necesitada, al igual que Lady Pamela. La necesidad de la población contrasta con el boato de las instituciones. Cuando el virrey llega a Palacio, encontrará sus aposentos y los de su familia en la parte superior. Abajo se mezcla medio millar de criados musulmanes, hindúes y sij, por lo que la convivencia en vísperas de la independencia se antojaba comprometida.

Esa magnificencia queda muy bien plasmada por las imágenes de Gurinder Chadha, cuyo trabajo brilla bastante más en las situaciones históricas que en las puramente ficticias. La historia de amor sirve para explicar las diferencias entre los representantes de las distintas corrientes religiosas, que obligaron a la división de países. Una idea que fue bautizada como Plan Mountbatten pero que se la encontró prácticamente hecha, lo que le llevó a una decisión inesperada y comprometida al final de su mandato. De todas formas, el episodio romántico retrasa la acción y diluye la fortaleza de un tema central que merecía una radiografía de mayor calado.

Hay soluciones muy imaginativas, como el recurso de los noticiarios en blanco y negro, con la presencia de Winston Churchill incluida, para explicar o refrendar ciertas situaciones. A cambio, se pasa por encima por el éxodo mencionado al inicio. Quizá, porque la historia se detiene más en los pormenores iniciales que en un desenlace por el que se pasa de forma vertiginosa. Probablemente, este relato requería más profundidad y, tal vez, un mayor metraje. Tampoco era tan necesario recrearse en la historia de amor, lo que conlleva a diluir en ella buena parte del interés histórico que aporta este film.

From → Cine

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