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Yo, Tonya (I, Tonya) (***1/2)

19 febrero 2018

Del hielo al ring, siempre culpable

Tonya Harding fue la primera patinadora sobre hielo estadounidense capaz de hacer un triple Axel, o giro completo en el aire, durante una competición oficial. Sin embargo, su vida estuvo marcada por la infelicidad familiar así como por uno de los incidentes más escabrosos en la historia del deporte de su país.

Las películas de Craig Gillespie siempre tienen algo que las distinguen. Otro denominador común es que, a mitad del metraje inician una cuesta descendente que no las permite valorarlas por encima del aprobado. Ocurrió con su primer biopic, El chico del millón de dólaresMillion Dollar Arm, 2014- y estuvo a un paso de ocurrirle lo mismo con este repaso a la vida de Tonya Harding, una patinadora sobre hielo estadounidense que estuvo inmersa en uno de los incidentes deportivos más escabrosos de Estados Unidos. Está claro, que Gillespie aprendió de sus errores, convirtió la propuesta en una comedia negra, alejándose la biografía convencional, se abrazó a un montaje y a una puesta en escena que hubiese firmado el mismísimo Martin Scorsese, y sacó adelante uno de los mejores guiones de la temporada, obra de Steven Rogers.

La cinta está construida a partir de flashbacks de sus principales protagonistas. Cada uno da la versión de los hechos y, al comprobar sus declaraciones y visionar lo que llevaron a cabo, pensamos que se trata de una serie de tontos de remate, de gente pasada de rosca o que su coeficiente intelectual no llega al mínimo requerido. Todos ellos son perdedores, pero quien paga verdaderamente los patos es Tonya –Margot Robbie-. Pudo haber sido una princesa del pueblo pero se quedó en Cenicienta sin hada madrina y sin carroza de cristal.

Llegó a lo más alto en su disciplina a base de golpes. No es extraño que terminase su carrera deportiva sobre un ring, dando pero sobre todo recibiendo mamporros. Anteriormente se los había llevado de su autoritaria madre, LaVona Fay Golden –Allison Janney- y de su inestable marido, Jeff Gillooly –Sebastian Stan-. No fueron los únicos, porque también hay que sumarles los que habitualmente recibía de los jurados que calibraran sus actuaciones en una materia que es totalmente subjetiva. Y sin embargo pasó a la historia por ser la primera norteamericana que efectuó un triple Axel, triple giro en el aire, durante una competición oficial. Le valió para ganar torneos domésticos y algún que otro internacional, pero no pasó de un cuarto puesto en sus dos participaciones Olímpicas.

Su vida, de cara al exterior, estuvo marcada por un desagradable incidente. Meses antes de los Juegos de Lillehammer su gran rival, Nancy Kerrigan –Caitlin Carver-, era atacada por un desconocido con un bastón retráctil. Se dirigió directamente a una de sus rodillas, pero la golpeó por encima y, de esta forma, la gran figura del patinaje sobre hielo de Estados Unidos pudo competir en la localidad noruega en 1984 donde subió al segundo escalón del podio. Aquel hecho dividió a la opinión pública. Muchos consideraban que Tonya no había tenido nada que ver en el ataque, pero la mayor parte de sus compatriotas pensaban lo contrario. Años después de aquello, todavía le insistían por la calle en que dijera la verdad.

Es cierto que la protagonista actuaba mejor bajo presión y en una ocasión recibió un anónimo con amenazas que le sirvió para ganar la competición. Su marido y ella pensaron que el mismo método podría servir para poner nerviosa a su gran rival, Nancy Kerrigan y Jeff debía encargarse de escribir la nota. Lejos de ello, se lo contó a su buen amigo Shawn Eckhardt –Paul Walter Hauser-, que ejercía de guardaespaldas de su esposa, quien a su vez le exigió más a un conocido Shane Stant –Rick Russert-. Se trataba de un tipo con pocas luces que ni siquiera acertó con el encargo real de Shawn. El juicio se pospuso hasta después de los Juegos. Jeff, por entonces, era uno de los tipos más odiados de América y Tonya fue expulsada para siempre del patinaje artístico.

¿Cómo se llegó a esa situación? Mediante una vida azarosa. LaVona golpeaba sin piedad a su hija y le exigía férreamente. Tras el abandono de su padre del hogar conyugal, la llevaba al límite, algo de lo que no participaba su entrenadora, Diane Rawlinson –Julianne Nicholson-. Cuando conoció a Jeff fue con el primer chico con el que salió, y la primera vez lo hizo con su madre, que le preguntó si en aquella relación estaba dispuesto a ser flor o jardinero. Más tarde, Tonya recibía palizas por parte de su esposo, que llegó a amenazarle con una pistola. Obligada por su madree a dejar los estudios, vivían y pagaban sus clases con el sueldo de camarera de su progenitora. La deportista, amiga de los colores chillones, cosía sus propios trajes, lo que predisponía en su contra a los jurados, que buscaban participantes finas, glamurosas y llenas de encanto.

Allison Janney, una mujer de físico especial, se llevó el Globo de Oro a la mejor actriz secundaria con toda justicia, y Margot Robbie compitió por el galardón de protagonista. Ambas están espléndidas. En un año de buenos papeles femeninos, destacan a la altura de las mejores. También acierta Gillespie en su puesta en escena, incluidos los planos a cámara en los que los protagonistas rompen la cuarta pared y relatan su versión aportando detalles de su personalidad, principalmente en el caso de Tonya, con su vestimenta y los platos sin lavar una y otra vez. Otro acierto son las canciones que adornan su banda sonora, destacando el 25 or 6 to 4 de Chicago Transist Authority, y el Dream a Little Dream of Me, interpretada por Doris Day.

From → Cine

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