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Vaya bichos (Drôles de petites bêtes) (**1/2)

15 agosto 2018

Aventura en el jardín

El grillo Apollon llega cargado de magia y buenas intenciones al jardín donde se prepara el cumpleaños de Margarita, la reina de las abejas. La prima de la monarca, ansiosa de poder, tiende una trampa al saltimbanqui que termina con el derrocamiento de la soberana y la instauración de un orden nuevo mucho más exigente.

En Francia, la publicación en 1994 de los libros escritos por Antoon Krings desde 1994 han causado un gran furor entre los más pequeños. Cada historia está protagonizada por uno de los habitantes del jardín en el que se desarrolla el conjunto de las aventuras y las ventas se disparan cada año, también el merchandising y el seguimiento de la serie televisiva animada. Ahora le ha llegado el turno a la primera adaptación cinematográfica, que está protagonizada por Apollon, el grillo, uno de los personajes más novedosos de la colección literaria. No faltan alusiones a clásicos de la saga, como la marmita de jalea real.

Apollon había formado parte de una atracción celebrada hasta que uno de sus muchos despistes provocó un accidente que le obligó a macharse lejos de sus amigos y compañeros.  En su caminar errante llega a los lindes del jardín en el que un grupo de habitantes preparan con afán la fiesta de cumpleaños de Margarita, la abeja reina. De inmediato, asistimos al laborioso trabajo de sus congéneres, que tienen como misión principal elaborar la miel y la jalea real, cuya calidad es muy valorada y que se conserva en una marmita, auténtico tesoro de la colmena. El trabajo en equipo es fundamental y cada uno tiene asignado un cometido, incluido aquellos que cuidan a diario de los bebés.

Hay abejas que van de flor en flor, libando el polen para llevarlo de regreso a casa y solo una, aparte de la reina, se encuentra aparentemente librada del trabajo. Se trata de Huguette, prima de la soberana. Ambiciosa y malvada, está resentida porque no ha alcanzado el trono y, en segundo término, porque la reina ha escogido como mano derecha a Loulou, el piojo, dejándola a ella en segundo término. Por eso ve en la presencia de Apollon la ocasión ideal para consumar sus planes. Ella reinaría sobre sus súbditos después de una alianza con el general Krypton y su ejército de abejorros, deseos de alcanzar y degustar el tesoro que las abejas guardan celosamente en su marmita.

La irrupción del protagonista en el jardín resulta un completo desastre. Intenta entretener con sus juegos en la idea de actuar en el cumpleaños de la reina y lo que consigue es destrozar todos lo que ya se había montado para la efemérides. Solo Mireille, una animosa abeja, parece complacida con la actuación. También Huguette, que ve en el recién llegado el chivo expiatorio para concretar sus planes. Sabedora de que Marguerita sale de su palacio por las noches disfrazada de mendiga, convence al grillo para que salga a su encuentro y se citen en un determinado lugar. Una vez allí, Spinx, aliado de la antagonista, apresará a la soberana y culparán al saltimbanqui del rapto.

La fiesta prevista para el cumpleaños de la reina se transforma en la coronación de una nueva soberana, que explota a sus súbditos para que fabriquen hasta la extenuación más jalea real a la vista de que decrecen alarmantemente sus reservas, expoliadas por la nueva monarca y sus socios. Al tiempo, se le ordena a Spinx el asesinato de Margarita y Apollon, enjaulado, aguarda igualmente en destino final. Es entonces cuando Mireille, junto a Loulou y otros animales de jardín se aprestan a detener lo que parece inevitable.

Escrita y dirigida por Arnaus Bouron y el propio autor de los relatos, Antoon Krings, la película es un fiel reflejo de los avances del cine francés en materia de animación. La paleta de colores resulta atractiva y distingue perfectamente los tonos vivos de las secuencias diurnas de los más azulados que se desarrollan a la luz de la luna, bastante más interesantes. El jardín es llamativo y el diseño de los personajes aprueba con nota a la vista de las producciones de este tipo que llegan últimamente a nuestras pantallas para entretenimiento familiar. La música de Buno Coulais es valiosa, al igual que la canción que sirve para presentar a los abejorros. Se combina con un tema tan popular y reconocible como La vida en rosa para subrayar la atracción entre los dos personajes principales.

Al conjunto le falta emoción y que la aventura sea más arriesgada. Parece que exista un claro intento en dotar a la historia de dobleces sociales y políticas por encima de perseguir una línea argumental más facilona para deleite de los más pequeños. Es muy difícil que ellos lleguen a discernir la volatilidad de los gobiernos actuales y la facilidad con la que se puede dar un golpe de estado, o el capitalismo a ultranza que supone el mercadeo de la jalea real, sin olvidarnos de la explotación de los trabajadores propiciada por Huguette y sus aliados. Para pensar y elucubrar sobre estas y otras cuestiones hay otro tipo de propuestas que sobrepasan con crecen una cinta que, ante todo, debe entusiasmar a los más pequeños.

From → Cine

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