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Dehesa (***)

6 octubre 2020

Un ecosistema único de Iberia

La dehesa es una región biogeográfica muy diferenciada que se encuentra en la Península Ibérica. En ella se encuentran especies únicas al tiempo que acoge a visitantes que buscan climas más cálidos. Terreno abonado a las bellotas, auténtica moneda de cambio de este ecosistema.

Con Dehesa se cierra la trilogía de documentales iniciada en 2013 con Guadalquivir, el primero de la historia rodado en Dolby Atmos, y continuada dos años más tarde con Cantábrico, que mereció una candidatura al Goya. Su responsable, Joaquín Gutiérrez Acha ya nos había dejado quince años atrás un trabajo sobre el lince ibérico, animal que parece haber superado el peligro de extinción y que se erige como la mayor peculiaridad de este ecosistema exclusivo junto con un par de variedades de águilas, sobre todo la imperial, y el conocido como cerdo ibérico.

Dos años y medio tardó el autor en captar las imágenes de este film, cuyo guion se debe a Carlos de Hita. También ha habido un cambio en la autoría de la banda sonora que, en este caso recae en Victoria de la Vega, que aporta una partitura bastante descriptiva. Todo ello para mostrarnos un territorio diferente, único, que solo puede encontrarse en la Península Ibérica. Lo que hace milenios era un bosque ahora está enseñoreado por alcornoques, encinas, quejigos y sotomonte.

El largometraje describe algunas de las variedades de la fauna y la flora que se pueden encontrar en este terreno diferenciado, amenazado por las correspondientes plagas que afectan a las raíces arbóreas, y que tiene a las bellotas como elemento de equilibrio de su vida salvaje. El lince ibérico, con su prominente barba es el auténtico dueño y señor de las imágenes y el único animal recurrente a lo largo de la hora y media de proyección. Siguiendo la línea utilizada para el resto de la trilogía, se hace una separación evidente de las diferentes épocas del año, comenzando con la primavera y terminando con el invierno.

Hay menos pasión, y también menos explicaciones que en Cantábrico, la mejor puesta en escena del conjunto. No quita para que nos encontremos imágenes realmente cautivadoras, como las rapaces que hacen sus nidos en las escarpas de las montañas que rodean al río Duero a su paso de España a Portugal y que no entienden de fronteras. No son menos valiosas las zambullidas del Martín pescador, o alción, y los camuflajes de la araña cangrejo, capaz de mimetizarse en cualquier rama y esperar pacientemente a tener a sus presas a tiro.

Tanto las manadas de toros bravos como las piaras de cerdo ibérico se citan prácticamente de pasada, cuando constituyen una de las fuentes de riqueza más importantes de la dehesa para centrarse en especies salvajes menos populares. Hay más referencia a la flora respecto al documental anterior, pero se circunscribe prácticamente a las dos variedades ya citadas y al diente de león. Son necesarias para explicar el ciclo de la vida y la cadena alimentarioaen esos terrenos exclusivos en los que apenas se hace mención a la climatología y su posible incidencia.

Narrado en off, al igual que sus dos hermanas precedentes, la puesta en escena y el guion son muy ilustrativos y por momentos sorprendentes. Sobresalen las berreas, o peleas de venados con sus enormes cuernos cuando están en época de apareamiento y exhiben su potencial. Una secuencia exhibida a cámara lenta y que supone uno de los momentos más trascendentes. Filmado en 4K, tampoco hay que olvidar la presencia de buitres y cigüeñas negras, igualmente diferenciadoras en la dehesa, y el paso de las garzas, que parecen asentarse definitivamente durante todo el año en estos parajes.

Un trabajo valioso, que ha empeñado muchas horas de paciente espera hasta obtener las imágenes ansiada y donde el lince ocupa el mayor protagonismo. Sabemos, gracias a este largometraje como la madre protege a sus crías, se aparta ligeramente cuando salen al exterior por primera vez para ver su comportamiento y asistimos a los juegos entre padres y hermanos que, en ocasiones, terminan en enfrentamientos más serios. Una divulgación, en fin, que nos acerca un poco más a nuestra fauna y que, aunque desearíamos alguna mayor profundidad en ciertos casos, narra sus aspectos diferenciadores. Merece la pena, aunque quisiéramos que se hubiera acotado la zona geográfica de la dehesa, una de las fallas de este documental.

From → Cine

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