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Los Croods: Una nueva era (The Croods: A New Age) (***)

25 diciembre 2020
Los Croods: Una nueva era

Los Croods: Una nueva era – Otras tierras, otras enseñanzas

la primera familia prehistórica quiere localizar un lugar más seguro al que llamar hogar. Cuando encuentran un idílico paraíso amurallado que cumple con todas sus necesidades, hay otra familia que ya vive allí, los Masmejor. Ellos, con su elaborada casa en un árbol y sus asombrosas invenciones, van por delante en la escala evolutiva.

Siete años después de la original aparece esta secuela que tiene un atractivo punto de arranque. Nos referimos al hecho de que una familia, que representa a toda una civilización, se encuentra con otra que va unos pasos por delante en la escala evolutiva. Los Croods representan al primer núcleo urbano prehistórico y los Masmejor tienen casas en los árboles, usan espejos, abalorios, gastan moños, tienen huertos y lucen diversos inventos que les proporcionan un nivel de vida mucho más cómodo en teoría.

Se recuerda lo sucedido en la primera entrega, cuando Grug, el cabeza visible de nuestros protagonistas. Tuvo que aceptar el hecho de que su hija Eep tuviera que crecer y, además, que se enamorara de Guy, quien finalmente se convirtió en un miembro más de los Croods. Cuando esperábamos que esta nueva propuesta, dirigida por Joel Crawford, aportara ciertas novedades, lo único que nos llama la atención es la existencia de otra tribu más evolucionada con respecto a nuestros viejos conocidos.

Por lo demás, aunque cuenta con cuatro guionistas, no hace más que seguir los pasos del original. Insiste en la idea de que los padres no deben de ser sobreprotectores con los hijos y que las familias deben permanecer unidas sin importarles los contratiempos. Se pone de manifiesto con la nueva tribu, aunque se remarca que la naturaleza sirve como nexo y no como dispersión. No deja de ser una idea muy particular.

El caso es que los Croods, junto a Guy y sus divertidas mascotas, buscan un nuevo lugar para establecerse. Un paraje estimulante al que llamar hogar. Cuando lo encuentran sufren el revés de que ya lo ocupa otra familia. Ellos, que habían sobrevivido a las bestias salvajes con afilados y enormes colmillos, y que habían superado todo tipo de desastres, habrán de vérselas con un grupo que provoca ciertos anacronismos gracias a sus inventos. Van unas generaciones por delante en la etapa evolutiva.

Como todo film dirigido a los más pequeños, no falta la acción. Después de habernos entretenido con la comedia, las dos bandas prehistóricas tendrán que eludir sus diferencias y defender su tierra fortificada de un ataque inesperado. Se trata de unos monos con fuerza humana que reclaman el alimento que Phil, el de los Masmejor, les entregaba a diario para que les dejasen en paz. Tanto él como su pareja, Hope, eran amigos de los difuntos padres de Guy quien, a su vez, desea establecerse y formar su propia familia con Eep.

La cinta funciona gracias a los entornos diseñados por ordenador y a una comicidad que traspasa el celuloide desde el comienzo, aunque no llegue a ser tan impactante como en el original. No hay más excusas en esta secuela cuya historia prácticamente sigue los parámetros preestablecidos. Las sorpresas brillan por su ausencia y llegamos a un punto en el que nos planteamos si realmente era necesaria esta inversión.

From → Cine

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