Cinco lobitos (7,9/10)

Amaia acaba de ser madre y no sabe muy bien cómo serlo. Al ausentarse su pareja por trabajo unas semanas, decide volver a casa de sus padres, en un bonito pueblo costero del País Vasco, y así compartir la responsabilidad de cuidar a su bebé. Lo que no sabe es que, aunque ahora sea madre, no dejará de ser hija.

La cineasta Alauda Ruiz de Azúa tiene la mayoría de papeletas para convertirse en la mejor directora novel del año y, de paso, triunfar igualmente como guionista. Pocas veces hemos asistido a una ópera prima con tanto carácter y tan bien hilvanada como este propuesta que no en vano fue la gran triunfadora del Festival de Málaga con nada menos que cinco distinciones. Es una loa a la maternidad, pero también una enseñanza de lo que significa ser hija, remarcada por una interpretación efervescente de sus cuatro personajes principales.

Sobre todo, destacan las dos mujeres protagonistas. Laia Costa se entrega de principio a fin en su papel de Amaia, la joven madre primeriza que ha dado a luz a Ione y se enfrenta a un mundo absolutamente nuevo. No sabe como llevar a cabo su nuevo rol en la vida, ni tampoco Javi -Mikel Bustamante-, su compañero. Los padres de ella les acompañan durante un par de días antes de regresar a su casa unifamiliar en la costa del País Vasco.

Regreso a la casa paterna

Poco a poco, Amaia va aprendiendo sus nuevas funciones. Puede trabajar desde casa, pero no así Javi, creador de ambientes a partir de la iluminación, lo que provoca separaciones temporales y las primeras desavenencias de pareja que coinciden con la crisis post parto. Además, la pequeña es particularmente llorona y al requerir constantes atenciones provoca vigilias y reproches en sus padres.

Ante una ausencia más prolongada de Javi, la protagonista decide regresar a la casa familiar, en la que tendrá el apoyo y la atención necesarias. Koldo -Ramón Barea-, es un hombre despistado, de natural tranquilo, colaborador, aunque con escasa iniciativa. Está dominado por su esposa, Begoña, que posibilita una actuación convincente y autoritaria por parte de Susi Sánchez. En el hogar paterno, Amaia se encuentra con las dificultades lógicas del crecimiento de su bebé, incluidas las visitas al hospital a causa de la fiebre.

Por si fuera poco, Begoña cae gravemente enferma, por lo que tendrá que lidiar en dos frentes. Ha de ser una madre cariñosa y preocupada, pero también ha de involucrarse para convertirse en señora de la casa. Aprende a comprar, a cocinar y a ordenar las habitaciones. Su tiempo está ocupado plenamente, lo que le implica abandonar su trabajo como traductora de inglés al tiempo que se replantea la estabilidad con su pareja.

Relato con sabor a autobiográfico

Un valioso retrato de mujer en dos frentes, que tiene el aroma de autobiográfico. El guion permite pasar de una circunstancia a otra sin sobresaltos, de manera natural, aunque con alguna sub historia no muy convincente. Laia Costa, que se había entregado a fondo en títulos como Newness, no se deja nada en el armario. La lucha interior de su Amaia la traslada de forma impetuosa a la pantalla con una actuación febril y hasta dolorosa. Encuentra la réplica más oportuna en sus tres compañeros.

Es cierto que se podría haber extraído un mayor provecho a la puesta en escena, pero se compensa con creces gracias a una historia que se desarrolla como un metrónomo y sin apenas altibajos, con pasajes de intensa ternura, otros de gran intensidad dramática y algún que otro lugar para la sonrisa. Probablemente, el paralelismo que ofrece en la parte final sea lo menos valioso. Era difícil concluir con acierto una apuesta sincera y apegada a la realidad como ésta. El camino elegido es válido, aunque manifiestamente mejorable.

Fecha de estreno: 20 de mayo de 2022 (104 minutos).