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La promesa (The Promise) (***)

14 junio 2017

El imperio otomano, que estaba dando sus últimas bocanadas, aprovecha los albores de la Primera Guerra Mundial para exterminar al pueblo armenio. En ese contexto se desarrolla un triángulo amoroso entre un estudiante del sur de Turquía que aspiraba a ser médico, un reputado periodista norteamericano y una sofisticada joven.

En los últimos meses hemos asistido a una serie de producciones que relatan un episodio poco conocido por estas latitudes, el genocidio de los armenios por parte de los turcos en la segunda década del siglo XX. Más de millón y medio de personas fueron asesinadas aprovechando los primeros meses de la Gran Guerra. Como ejemplos recientes, tenemos El padre –The Cut, 2014-, Una historia de locosUne histoire de fou, 2015-, este film dirigido por Terry George, responsable en su día de Hotel Ruanda, y la próxima Ali & Nino-.

Esta propuesta, una coproducción entre España y Estados Unidos, recuerda el salvamento de cerca de cuatro mil armenios a cargo de la marina francesa desde las costas turcas. Los acontecimientos precedentes se narran a través de un triángulo amoroso y merced a un reparto muy consistente, en el que actores como Jean Reno o James Cronwell tienen una participación prácticamente testimonial, al igual que algunos representantes españoles, como Alicia Borrachero, Julián Villagrán y Luis Callejo.

Michael Bogoshian –Oscar Isaac- es un armenio, hijo de un boticario, que quiere estudiar medicina en Constantinopla. Para conseguir los recursos necesarios acepta casarse con Maral –Angela Sarafyan-, recibiendo a cambio una dote de cuatrocientas monedas de oro que le permite viajar a Estambul y matricularse en la Universidad, siendo acogido como un hijo por su tío Vartan –Kevork Malikyan- y su esposa Marta –Shohreh Aghdashloo-, que poseen una próspera tienda en el Gran Bazar. Allí se encuentra con Anna –Charlotte le Bon-hija de un acreditado violinista fallecido. Se trata de una mujer sofisticada, fruto de su paso por ciudades como París y Viena, que diseña bocetos para publicaciones francesas y convive con Chris Meyer –Christian Bale-, un reputado periodista norteamericano que trabaja para la Associated Press.

En la Universidad, donde se muestra como un alumno aventajado, se hace amigo de Emre Ogan hijo de un personaje turco muy influyente en una época en la que el imperio otomano se derrumba, pese a que desea recuperar su antiguo esplendor aliándose con Alemania. Surge también una atracción mutua con Anna. Más tarde, cuando estalla la Primera Guerra Mundial, el gobierno árabe inicia la persecución y exterminio sistemático del pueblo armenio. Inicialmente, y gracias a la intervención de Emre, Michael se libra del ejército gracias a una exención, pero no tarda en ser encarcelado, como también su tío, que previamente ha visto como saqueaban su tienda y le prendían fuego al tiempo que incautaban todos los bienes familiares.

El protagonista es fiel a su promesa, aunque su tío avalaba su dote e incluso ponía más dinero de su peculio, Michael deseaba ser fiel a su honor y conservar su relación con Maral, tal y como había sellado antes de partir hacia Constantinopla. Más adelante, una vez desposado en medio del conflicto, sería fiel a otra promesa, la del matrimonio, en medio de una serie de vicisitudes que nos muestra a tres supervivientes. Precisamente, los protagonistas del triángulo amoroso. Cada uno de ellos es capaz de salir adelante contra viento y marea, rodeados por el terror impuesto por las autoridades otomanas, hasta que se reúnen en la costa intentando salvar la vida a un grupo de huérfanos y a unos cuantos miles de compatriotas perseguidos. Ni siquiera pudieron contar con los favores del colaboracionista padre Andreasian –Daniel Giménez Cacho-. Los turcos habían destruido los barcos dispuestos para la posible escapatoria y amenazaban con exterminar al grupo de armenios.

El conjunto es un melodrama clásico envuelto por un conflicto bélico que representa la parte más débil. El drama va in crescendo y se agradece que no se vuelque demasiado en el romanticismo, aunque tampoco penetra satisfactoriamente en la realidad histórica. Resulta satisfactoria en la relación entre los germanos y los turcos, pero no se razonan de forma convincente los argumentos para la persecución de los armenios, aunque sí resulta evidente que profesan la religión ortodoxa en un escenario rodeado de árabes.

La interpretación es muy creíble, ya que el reparto se ve encabezadn por actores muy solventes. Pasa lo mismo con la banda sonora, a cargo de Gabriel Yared, y la fotografía siempre eficiente de Javier Aguirresarobe. Los decorados funcionan, aunque la línea del horizonte de Estambul no se parezca realmente en nada a la realidad, especialmente por lo que se refiere a la vista desde la casa de los Boghosian. La parte más endeble tiene que ver con la persecución de los armenios. Las imágenes dejan entrever el horror. Tampoco hacía falta que se recreara en la tragedia pero, al menos, sí que sus responsables podrían haber mostrado más a las claras el drama. Lo dejan entrever pero el dolor no resulta lo suficientemente profundo como para que llegue a conmover lo necesario. También esperábamos un duelo mucho más intenso entre los personajes interpretados por Oscar Isaac y Christian Bale. Salvo dos líneas de diálogo, esa pelea de gallos por la misma hembra resulta demasiado leve. Incruenta, si se prefiere.

From → Cine

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