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Animal de compañía (Pet) (*)

14 junio 2017

Un hombre que trabaja en la perrera municipal se siente obsesionado por una chica a la que conoció en el instituto y con la que se ha encontrado casualmente. Tras ser rechazado no duda en secuestrarla y encerrarla en un canil que él mismo ha construido. Además de mostrar su amor por ella, pretende salvarla de una peligrosa inclinación.

El género de terror busca nuevos personajes que incorporar a su galería de los horrores, a un museo muy especial y valorado al que han llegado por derecho propio desde Freddy Krueger hasta el Jack Torrance de El resplandor –The Shining, 1980-. Cuando se produce un nuevo film de este tipo se pretende que su protagonista pase a engrosar esa reducida lista antológica. Naturalmente, son muy pocos los que lo consiguen, bien por defectos del guion, por errores del director o, simplemente, porque sus actores no consiguen dotar a sus respectivos roles con la personalidad suficiente como para traspasar la pantalla.

Con esta producción sucede un poco de cada uno de esos elementos. Un cóctel de ingredientes con proporciones similares que resulta muy poco sabroso y nada adictivo. Jeremy Slater, el guionista de Los cuatro fantásticos, demuestra una vez más su escasa proyección en ese apartado con unos diálogos simples y unas situaciones que o llegan demasiado pronto o no se rematan con acierto. Sin duda, los actores han elegido muy mal las propuestas. Dominic Monaghan, hobbit en la saga de El señor de los anillos, ha ido dando tumbos desde entonces, diluyéndose en su propia carrera, y Ksenia Solo necesita curtirse todavía más en esto de la interpretación. Con esos mimbres, el español Carles Torrens apenas disponía de mucho margen, aunque resulte uno de los puntos fuertes de un film en el que los aciertos no son generosos. Tanto, que el día de su estreno en Estados Unidos la recaudación en una de las salas de exhibición solo alcanzo la exigua cifra de setenta dólares.

Seth tiene un empleo basura como empleado en la perrera municipal. Nos lo  presentan en una secuencia en la que los amantes de los animales sentirán rabia e indignación. En el autobús reconoce a Holly como una antigua compañera del instituto. Aunque él iba un curso más adelantado, se contaba entre la legión de admiradoras de la muchacha. Intenta acercarse a ella, pero solo consigue rechazo. Trabaja como camarera, mantiene una relación de ida y vuelta con Eric –Nathan Parsons-, que solo piensa en nuevas conquistas y tiene a Claire –Jennette McCurdy- como confidente. Por su parte, Seth no sabe relacionarse con las mujeres y pregunta a su compañero Nate –Da’Vone McDonald- para acercarse con éxito a la mujer de sus sueños.

Realmente, el protagonista masculino quiere ser como el Norman Bate de Psicosis -1960-, pero no le llega  ni a la altura de los zapatos. Tras descubrir un sótano secreto en su lugar de trabajo y acceder al diario de Holly, prepara un canil al que transportará a la chica una vez que la deja paralizada con una inyección. Está claro que el cazador es el hombre, pero cuando se conocen detalles de la personalidad de cada uno no se sabe realmente quien es el verdugo y quien la víctima.

El gran problema es que la idea no es mala pero su desarrollo es lineal y no consigue el impacto deseado. Como película de terror apenas funciona salvo por algunos momentos en que el gore supera a los sustos. Más bien se trata de un thriller en el que la psicología debería imperar y se queda tan en un segundo plano como el resto de las buenas ideas de una producción que adquiere su punto más álgido en la última secuencia. Para entonces, es demasiado tarde puesto que todo lo anterior apenas nos interesa.

La idea del cazador cazado es interesante, pero su desarrollo no impacta en ningún momento. Es más, se abandona a los tópicos del secuestro fetichista sin que se saque partido a la obsesión de Seth o a la macabra inclinación de Holly con aquellas personas que significan un obstáculo en su vida. Los actores no muestran ese punto de sadismo en el que los personajes suelen recrearse cuando están bien construidos por culpa de un guion poco imaginativo que no sabe desarrollar con acierto un punto de partida que se presentaba mucho más interesante. Tampoco la realización muestra algún momento delirante que sirva para el recuerdo por lo que la película se precipita en la linealidad sin apenas matices, lo que le lleva a tener más recorrido en el VOD, o video bajo demanda, que en las salas comerciales.

From → Cine

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