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El tercer asesinato (Sando-me no satsujin – The Third Murder) (**1/2)

26 octubre 2017

Misumi se confiesa culpable de haber cometido un homicidio y haber quemado posteriormente a su víctima para eliminar pruebas. El encargado de defenderle es el letrado Shigemori, que tiene escasas posibilidades de librar a su cliente de la pena capital. Sin embargo, conforme avanza el juicio, el porcentaje de éxito se amplía a su favor.

Como en el caso de Woody Allen en Estados Unidos, estamos acostumbrados a que desde Japón nos llegue cada año una nueva película firmada por Hirozaku Koreeda. Actualmente, se le puede considerar como el más prolífico de los cineastas de su país y, seguramente, el más interesante. Como en el caso del judío neoyorquino, bien puede sostenerse que no cuenta con ninguna película deficiente. En este caso, abandona la tradicional radiografía de la familia para apostar por un thriller gracias a un drama judicial. En una cinta llena de recovecos, incide en las profundidades del ser humano pero también se postula contra la pena de muerte.

Japón es uno de los escasos países avanzados, por no decir el único, en el que todavía permanece instaurada la pena capital, un detalle que apasiona a Koreeda, quien vuelve a dejarnos detalles de su dominio del lenguaje cinematográfico. Con su ritmo pausado pero certero nos ofrece un largometraje que, a primera vista, parece mucho menos de lo que es, y que nos obliga a recapacitar sobre su propuesta. Además, cuenta con una fotografía inmensa, pulcra y realista de Mikiya Takimoto y una actuación más que notable de dos intérpretes reconocidos.

El arranque nos muestra el asesinato de un hombre cuyo cadáver es quemado a continuación por su asesino. Misumi –Kôji Yakusho, asiduo en las películas de Kurosawa-, se declara confeso. Con anterioridad fue acusado de dos asesinatos más, y en uno de ellos fue juzgado treinta años antes por el padre de Tomoaki Shigemori –el cantante y actor Masaharu Fukuyama-, el abogado que ahora deberá intentar librarle de la pena capital. Como buen letrado, es un especialista en usar todas las tretas legales para ayudar al acusado. Sabe que no hay por qué contar toda la verdad porque la estrategia real es la propia verdad. De todas maneras, conforme avanza el caso, advierte que, aparte de la confesión, no hay pruebas concluyentes.

A lo largo de poco más de dos horas, Koreeda va desgranando las claves de un film que alcanza su cénit en la parte final, justo donde la mayoría de largometrajes suelen perder fuerza. Entonces, el thriller se impone por encima del tempo más reflexivo anterior. Para reforzar la historia, la propuesta se entrega a otros personajes secundarios que dan brillo a los protagonistas y sirven para perfilar muchos de sus actos, como la hija de 14 años de Shigemori, separado de su esposa. Un rol que remite a otra muchacha, Sakie –Hirose Suzu-, violada por su padre cuando era adolescente y que, de manera sorprendente, conoce demasiado bien a Misumi. ¿Por qué habría de ocultar éste los hechos anteriores durante su defensa? Es importante el hecho de que el padre de Sakie sea el propietario de la fábrica de conservas donde trabaja el acusado, mientras que la víctima era el gerente de la propia compañía.

El eje central ofrece un devenir aparentemente sencillo que se enriquece con la red de mentiras que se urde en torno a los dos protagonistas. Ahí debemos distinguir lo que sucede en la corte, que conforma el núcleo central, y lo que pasa fuera de ella, cuando el responsable del film se luce todavía más con su puesta en escena. Por ejemplo, los encuentros de Misumi con Shigemori en una prisión de moderna silueta y decoración simplista, prácticamente minimalista. Una pared de vidrio les separa. Pueden verse y hablarse a través de una barrera translúcida que permite comprobar sus reacciones.

En los pormenores de esa batalla inicialmente perdida que ofrece giros inesperados, Koreeda establece las líneas maestras sobre la responsabilidad del individuo tanto desde el punto de vista económico como social mientras se une a la batalla que existe en su país sobre la abolición de la pena de muerte. Los seguidores más acérrimos puede que se sientan decepcionados con este film, que a todas luces se aparta de la línea que ofreció en sus últimas películas, como De tal padre, tal hijo o Nuestra hermana pequeña. Encontrarán un thriller clásico, que gustará más a quienes a quienes estén más alejados de sus anteriores propuestas. Sin embargo, invitamos a todos a reflexionar sobre su contenido, aunque el aspecto formal e interpretativo se encuentre por encima del resto.

From → Cine

2 comentarios
  1. Buenos días.
    Hace tiempo que sigo su pagina y leo sus críticas de cine, me gustan muchísimo, pero en este caso concreto no entiendo por qué puntúa la película tan bajo esta película.

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    • pdef permalink

      Tiendo a puntuar bajo de forma general. En este caso, esperaba más de Koreeda y creo que este film está por debajo de sus dos últimas películas.

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