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Basada en hechos reales (D’après une histoire vraie) (***)

1 junio 2018

Relación peligrosa

Una escritora de éxito se enfrenta, dubitativa, a su siguiente trabajo cuando entra en su vida una misteriosa admiradora. La joven, intuitiva y encantadora, parece conocer a la autora mejor que nadie, incluso tan bien como ella misma. La duda es si la recién llegada dará un impulso a su vida o ha llegado para arrebatársela.

Siete años después de una película como El escritor, el octogenario Roman Polanski incide en el terreo del thriller psicológico con una historia que parece complementaria o, al menos, que se da la mano con aquella. A partir de la novela homónima escrita por Delphine Vigan, el también cineasta Olivier Assayas, premiado en Cannes como mejor director en 2016, ha elaborado un guion para que el polaco nacido en París en agosto de 1933 pudiera disfrutar con su adaptación a la gran pantalla. Desafortunadamente, ni el libreto hace justicia al responsable de Personal Shopper ni a la calidad fílmica del autor de Chinatown o El pianista.

El listón estaba demasiado alto, y tampoco  podemos hablar  de un film para el olvido. La mano de un maestro está visible en cada fotograma pero la envoltura anticipa un conjunto mucho más compacto y atractivo de lo que ofrece en su interior. En el aspecto que falla es, precisamente, en aquel que provoca la discusión una vez concluido el film. Hay demasiadas incertidumbres, muchos interrogantes alrededor de las dos mujeres que protagonizan la historia. Incluso, el final se deja abierto para que sea cada espectador quien extraiga sus propias conclusiones.

La atmósfera está conseguida, la intriga también, pero el dúo Polanski-Assayas va a la deriva en la definición de esa relación confusa, tendente a lo unipersonal, con ribetes lésbicos y de suplantación de personalidad tanto como de amistad plena. Los límites siempre permanecen difusos, apostando por ir más allá de lo que se cuenta o se muestra. En ese sentido, uno de los mejores directores vivos parece tan indefinido como su propia realidad, cuando ha tenido que hacer frente a denuncias por abusos de menores que han salido a la luz en 2017 y datan, según las demandantes, de hace cuatro o cinco décadas. Problemas con la justicia que se unen a un pasado de por sí turbulento.

Delphine –Emmanuelle Seigner- firma ejemplares de su último libro cuando conoce a la que afirma ser su más fiel admiradora, Elle –Eva Green-, una joven que se muestra encantadora, atractiva y seductora. Para la escritora ha sido lo mejor de la jornada, según le explica a su marido, François –Vincent Pérez-. Es la antesala de las dudas que se le plantean cuando tiene que enfrentarse a una nueva novela. No es el vacío que siente Barton Fink cuando se traslada a California. Simplemente, son las dudas de la autora ante la obligación de continuar su éxito y de mantener la influencia entre sus lectores.

De nuevo Elle entra en su vida, se aproxima cada vez más a Delphine y demuestra conocerla a la perfección, incluso con las referencias sobre el alumbramiento de su anterior novela. Prácticamente, son una misma, pero el éxito tiene dueño y la recién llegada, como sucedía con el papel de Ewan McGregor en El escritor es el de negro, Ghost Writer.  Escribir para gente popular falta de talento o tiempo para sentarse ante el ordenador, Como Gerard Depardieu, por ejemplo. La relación se vuelve compulsiva dentro de la obsesión. Tras una caída que desembocó en una pierna rota, Delphine decide irse con Elle a una casa con colores rojos lejos del mundanal ruido.

Por mucho que François no esté de acuerdo, la célebre autora entiende que es lo mejor, puesto que encuentra en Elle la madre, la hermana, la enfermera y la amante. Una extraña y atrayente mezcolanza que la debilita cada vez más aunque piense lo contrario. Desde el primer momento, cuando aparece Eva Green con su cabello moreno y sus labios rojos perfectamente resaltados, ya desconfiamos. Suponemos que se apoderará de la protagonista que, sin embargo, ve en ella su otro yo. Un alter ego.

Lo que sucede es una sesión de psicoanálisis que afecta a los personajes, a los autores e incluso al espectador. No se puede negar el tour de force que llevan a cabo las dos actrices, mostrándonos una Emmanuelle Seigner dispuesta a una vulnerabilidad como antes no la había mostrado ante las cámaras. Su antagonista es todo lo contrario: segura de sí misma, pícara y maquiavélica como cualquier madrastra de cuentos infantiles. Solo le ha faltado a este film definir sus márgenes, acotar la historia y desarrollar la simbiosis de los dos personajes centrales para salir del  cajón de los filmes menos brillantes de Polanski, aun así muy superior a la media, para alojarse en el de sus obras más brillantes.

From → Cine

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