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Okko, el hostal y sus fantasmas (Waka Okami wa Shōgakusei!) (***)

2 junio 2019

El encargado y sus huéspedes

Una chica de doce años pierde a sus padres en un accidente de tráfico y se va a vivir con su abuela, que regenta una posada tradicional. Mientras se prepara para hacerse cargo del negocio en un futuro próximo, se relaciona con fantasmas que habitan en el lugar.

Nueva adaptación de un manga original de Hiroko Reijo que en esta ocasión se centra en una niña huérfana de doce años. Su historia llega al espectador a través de la ternura. La protagonista, una niña de doce años, debe asumir el fallecimiento de sus padres y enfrentarse a un porvenir que, aunque se presenta aventurado, tiene el hándicap de la desaparición de sus seres queridos y el vacío correspondiente.

El responsable de esta adaptación es Kitarô Kôsaka, miembro destacado del Studio Ghibli, fundado en su día por Hayao Miyazaki, uno de los genios de la animación japonesa. Kôsako fue determinante en los escenarios de producciones tan aclamadas, como El viaje de Chihiro, aunque esta vez no muestra unos escenarios tan hiperrealistas como cabría suponer. En este sentido, se decanta por ser mucho más tradicional y menos novedoso.

La protagonista es una niña de doce años que se ha desplazado con sus padres a un festival que tiene lugar en las proximidades del manantial de Hananoyo, cuyas aguas termales representan un lugar tradicional al que acuden muchos visitantes. Deciden no visitar a la abuela de Okko, que regenta un hostal en las proximidades debido a la falta de tiempo y a la posible afluencia de visitantes al establecimiento en esa época del año. El accidente de un camión provoca un impacto mortal en el automóvil en el que viaja la familia. La niña ve una figura extraña y queda inconsciente.

Poco después la encontramos llegando a la posada Hananoyu, donde su abuela Mineko la recibe con los brazos abiertos. Se trata de un ryokan, o establecimiento tradicional japonés que si en principio fueron creados para acoger visitantes de corta duración ahora albergan a huéspedes de cierto poder adquisitivo, especialmente extranjeros. La niña echa de menos a sus padres cuando aparece en su vida un fantasma llamado Uribo que le incita a que asuma sus responsabilidades próximas como encargada del establecimiento. El ser etéreo, que fue quien le salvó la vida, se caracteriza porque está constantemente hurgándose en la nariz con sus dedos.

A través de un incidente con un hombre y su hijo, que recientemente ha perdido a su madre, Okko comienza a mostrar su satisfacción por atender a los visitantes. Un hecho en el que tiene como máxima valedora a Mineko, quien le enseña las normas tradicionales de la hospitalidad y el trato a los clientes. Sin embargo, los recuerdos siguen traicionando a la niña, que se encuentra con un nuevo fantasma. Se trata de un diablillo llamado Suzuki al que libera tras frotar una campana olvidada por uno de los huéspedes.

A diferencia de Uribo, que no puede interrelacionarse con los vivos, Suzuki es un glotón que devora cualquier alimento dejado en sus proximidades. Con ellos, aparecen otros dos personajes importantes. Matsuki Akino es una compañera de la escuela, hija de los dueños del imponente Harunoya Inn, mientras que Glory es una joven adivina que se va de compras con Okko y la consuela, junto a los fantasmas, tras un flashback del accidente mortal de sus padres.

La narración se incluye dentro del grupo de propuestas que nos ha llegado últimamente del Lejano Oriente que se refieren a la ausencia de algún ser querido. El guion intenta afirmar que hay algo más allá de la muerte y pretende reconfortar principalmente a los pequeños que lamentan pérdidas de ese tipo. Lo hace a través de la comprensión y por medio de una puesta en escena de colores vivos que no rehúye la ayuda del ordenador en algunos pasajes. La partitura de Keichi Suzuki subraya cada secuencia y presta atención especial a los instantes más emotivos de una película que, aunque dirigida a los más pequeños, puede satisfacer también a los espectadores de mayor edad.

Aunque decíamos que la animación es poco novedosa, ofrece detalles magníficos. Los movimientos de los actores durante el festival en el que se desarrolla la parte inicial del film son cautivadores. A cambio, el argumento se nos antoja estirado. Tras un arranque que nos atrapa y nos mete de lleno en las imágenes, la última parte va un poco a remolque porque se presenta repetitiva. Se podría haber evitado con una mayor profundidad en los personajes. Nos quedamos con ganas de conocer más detalles de todos aquellos que rodean a Okko e intentan superar su duelo al tiempo que lo preparan para empresas más adultas. De momento es la encargada más joven del hostal en el que vive.

From → Cine

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