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La nueva vida de Britt Marie (Britt-Marie var här ) (**1/2)

1 junio 2020

La edad no es obstáculo

Britt Marie es una sexagenaria ama de casa, hacendosa y organizada hasta la exageración. Tras el enésimo engaño de su marido decide volar por su cuenta y, sin tener ni idea de fútbol, acepta el puesto de entrenadora de un equipo infantil en una localidad remota. Allí dará un nuevo impulso a su vida.

Esta es la segunda novela de Fredrick Backman llevada al cine. La primera fue Un hombre llamado Ove y de nuevo un personaje entrado en años se erige como protagonista absoluto de una comedia dramática. Se trata de la mujer que da título al film y que es interpretada por Pernilla August, esposa del oscarizado Bille August –Pelle el conquistador-, y quien llegó a trabajar con Ingmar Bergman en Fanny y Alexander. Da vida a una mujer de sesenta y tres años que acepta el trabajo de entrenar a un equipo de fútbol de infantiles sin tener ni idea de este deporte.

El retrato de Britt Marie es el de una mujer aplicada, organizada, responsable y amante de la limpieza. Sostiene que lo mejor es hacer una lista de tareas pendientes e ir tachando una a una las ya finalizadas hasta completar los deberes. Procura cocinar platos apetecibles para su esposo Kent -Peter Haber-, que muestra ausencias frecuentes debido a su trabajo y rara vez termina la comida. No parece preocupar demasiado a su esposa, que sigue adelante con su modo de vida hasta que un día recibe la noticia de que a su marido le ha dado un ataque al corazón.

Cuando va a visitarlo al hospital se encuentra con una de las amantes de Kent y, sin pensárselo dos veces, hace una maleta, se instala en un hotel y solicita trabajo. No es fácil conseguir empleo para una persona de su edad, pero hay un puesto libre como entrenadora de fútbol infantil en una localidad llamada Borg que a duras penas se encuentra en el mapa. Acepta sin pestañear pese a que única conexión con el balompié eran los partidos que indefectiblemente veía su marido con pasión. Él sostiene que se trata de un deporte vital porque cuando ves venir un balón sientes la necesidad de darle una patada.

No es el caso de Britt Marie, quien en su nuevo destino se encuentra con una auténtica pocilga por sede del club, con unos chavales animosos pero torpes y nulos conocimientos de la materia a impartir. Le duele menos esto último, puesto que se preocupa mucho más por adecentar el lugar. En una localidad tan pequeña pronto se conocen todos sus habitantes, incluido el policía Sven -Anders Mossling-, quien siente un particular amoroso por la recién llegada desde el momento en que la ve. También un tendero que hace cualquier chapuza que se le pidan, el hermano mayor de dos de los jugadores, que aspiraba al puesto de la protagonista y Anna -Vera Vitali- la hija del anterior entrenador, fallecido recientemente a causa de un infarto.

Precisamente, esta mujer prácticamente ciega la aloja en su casa por mediación de Anders y se crea entre ambas una relación tirante que da paso a una evidente armonía. De todas formas, se presentan dificultades para la entrenadora. Su jefe no quiere seguir adelante con el proyecto futbolístico a causa de los malos resultados por mucho que los chavales, entre los que figuran jóvenes de ambos sexos, deseen participar en la Copa y, al menos, conseguir marcar un gol.

Dirigida por la también actriz Tuva Novotny, la película es un canto al optimismo. La puesta en escena se centra en los personajes desnudando practicante su entorno. La fotografía de Jonas Alarik pretende ser muy realista, sin recurrir a demasiados artificios lumínicos, y la partitura de Ginge Anvik se ilustra con un par de temas country. Se resalta ante todo el compañerismo, la ilusión por conseguir una meta y, especialmente, la idea de que una vida no puede darse por concluida independientemente de la edad que se tenga.

Britt Marie, sufrió sin imputarse los devaneos de su marido hasta que se colmó el vaso. Quería olvidarse de todo, recluirse en una pequeña localidad para consumirse por culpa de su pasado y volcarse en la limpieza. Nada podía aventurar que en el confín del país pudiera revivir ilusiones. No solamente el hecho de integrarse en un proyecto que implicaba a varias personas, sino también en el aspecto sentimental. Esos valores hacen de este largometraje un canto a la felicidad y a la esperanza. Aunque la propuesta no es complicada, su abrazo al espectador es gigantesco. Nunca se sabe lo que ocurrirá a la vuelta de la esquina, y lo que suceda puede ser muy dichoso.

From → Cine

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