Saltar al contenido

Madre oscura (The Wretched) (**)

12 julio 2020

Demasiadas aristas

Un adolescente intenta superar la separación de sus padres y lleva consigo sus problemas a la población turística en la que trabaja su progenitor. Allí tendrá que indagar en la desaparición de varios niños y lidiar con una bruja milenaria que se ha introducido en el cuerpo de su vecina, una madre de familia.

Estamos ante un fenómeno mediático casi inexplicable. Este segundo largometraje de los hermanos Brett y Drew Pierce pasará a la historia como la película de la Covid-19. Esta producción de bajo presupuesto lideró la taquilla norteamericana en el transcurso de la pandemia durante seis semanas consecutivas, un hito que solo habían conseguido hasta la fecha dos títulos dirigidos por James Cameron, Titanic y Avatar.

¿Qué tiene de especial esta propuesta de terror? Probablemente, que se abre a muchos frentes. Posee demasiadas aristas como para profundizar en todas ellas. Realmente, no lo hace en ninguna de las que propone, lo que le ayuda a combinar la oscuridad propia de una vivienda unifamiliar con sótano y unas vivencias al borde del mar en una localidad turística con fiestas nocturna en la playa incluidas. Como buen título del género que se precie incluye un símbolo al que, como el resto de cuestiones, no se le saca partido. Lo mismo podríamos decir de la criatura maléfica. En este caso, ser original resulta bastante difícil.

Ben -John-Paul Howard- se dispone a pasar el verano junto a su padre, Liam -Jamison Jones- que trabaja en una explotación portuaria de recreo. Está frustrado por el inminente divorcio de sus progenitores y nada más llegar conoce a Mallory -Piper Curda-, una chica descarada que trabaja en el mismo lugar. Está claro que le gusta Ben, pero el protagonista queda subyugado por una joven todavía más atrevida que la anterior y que forma parte de una pandilla que se divierte a lo grande. Aparece la líbido inherente a ese grupo de edad. Un impulso que tendrá su continuación con los vecinos del personaje principal.

Un matrimonio con una hija pequeña en el que destaca Abbie -Zarah Mahler-, quien no duda en entregarse efusivamente a su marido con las ventanas abiertas y la luz encendida. Ben los observa con sus prismáticos y uno de sus brazos escayolado a imagen y semejanza de La ventana indiscreta. Si con el grupo de adolescentes se pasan de soslayo los tatuajes, las fiestas en la playa y las humillaciones por parte de los gallitos de turno, Abbey no intenta atraer sexualmente al protagonista. Aquí se pierde una oportunidad del film, pero no es la más trascendente.

Treinta y cinco años antes de la historia, asistimos a la desaparición de una muchacha, tal y como se relata en el prólogo. Ahora es Abbey la poseída por una bruja milenaria que, según parece, tiene su centro de acción en la oquedad que asoma al tiempo que desaparece un árbol. Los atributos de esa malvada entidad pasan porque se puedan borrar a los personajes que a ella le interesa. Antes de caer bajo su influjo, la propia Abbey olvida a su hija y sucede lo mismo con otros roles. La idea es muy plausible y de haberse desarrollado convincentemente podría haber gozado de un lugar importante dentro de la antología del terror. Desafortunadamente, no es así.

Una amalgama de situaciones que tienden a lo convencional y que dejan escapar una idea brillante. Solamente hay un par de sustos gratuitos, y eso se agradece, para llegar a un clímax final que resulta algo decepcionante. Las distintas apuestas dentro de la película casan mal porque parecen ir cada una por su lado. Se pasa sin solución de continuidad del puerto deportivo al desván tenebroso, o de una secuencia de erotismo contenido a un ente maligno devorador de niños. Muchas referencias y muy poco consolidadas.

Remite a los años ochenta, época en la que se desarrolla el prólogo y la puesta en escena es aseada. No obstante, acumula muchas trampas a causa de los homenajes que intenta referenciar y a que no se atreve a entrar de lleno en los pasajes más determinantes. El público adolescente es su target ideal. Aun así, puede quedar desencantado con una fase final donde la acción no alcanza las cotas esperadas y que, como el resto de la propuesta, apuesta por la ligereza cuando había mimbres e ideas sugerentes para convencernos mucho más.

From → Cine

Deja un comentario

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.