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Regreso a Hope Gap (Hope Gap (**)

20 octubre 2020

El momento es ahora

Después de veintinueve años de matrimonio Edward toma la decisión de dejar a su mujer, con quien convive en una localidad costera. Previamente solicita que su hijo se desplace desde Londres con la intención de que sirva de amortiguador y puede comprender mejor la situación de ambos cónyuges.

Aunque la acción se desarrolla en Seaford, una localidad costera al sur de Londres, Jamie -Josh O’Connor- rememora su infancia junto a su madre en Hope Gap, muy cerca del pueblo. Allí, al pie de los blancos acantilados que se yerguen en la zona británica del Canal de La Mancha, cuando bajaba la marea, encontraba diversidad de fauna marina que llamaba su atención. Una metáfora más o menos de acertada del ramillete que nos podemos encontrar en esta historia dirigida por William Nicholson, dos veces nominado al Oscar como guionista y que se basa en su obra The Retreat from Moscow, candidata al Tony en su día.

Otra metáfora, la de la retirada de los hombres de Napoleón en la gélida campaña de Rusia, que se saldó con la pérdida de la mitad de quienes componían sus tropas. La mayoría murió por congelación al ser atrapados y desnudados por las tropas enemigas. Edward -Bill Nighy- está obsesionado por ese pasaje, mejor símil de lo que está por venir. En casa, su vida es rutinaria. Limpia, supuestamente cocina, y le prepara el té a su esposa, Grace -Annette Bening-, quien prepara un volumen antológico de poesía. Al fin y al cabo, son dos intelectuales. Ella nunca apura la infusión y dice que, probablemente, se deba a que no le gusta que las cosas acaben.

En vísperas de que se cumplan veintinueve años de matrimonio, Edward llama por teléfono a Jamie solicitándole que acuda el próximo fin de semana. A sus veinte años se le puede advertir cierto retraso, aunque no en todos los aspectos. Su habitación sigue siendo la de un niño y tiene dificultades en lo relacionado con el amor, algo que su padre define de manera muy concreta, pero cuya palabra no sale de sus labios para decírsela a su esposa.

El recién llegado se encuentra con una sorpresa. Edward ha decidido dejar a Grace. Está enamorado de Angela -Sally Rogers- y supone que esa decisión debía de haberla tomado bastante tiempo atrás. Como se dice en el film, hay tres personas infelices y con la postura del protagonista solo habrá una. El chico le comprende e intenta allanar el camino con su madre, lo que no consigue. Grace estaba habituada a un ritmo de vida que consideraba ideal. Podía mostrarse agresiva con su marido, pero realmente estaba enamorado de él y a pesar de su dejadez en el matrimonio y su irascibilidad, no pasaba por su cabeza que el vínculo pudiera romperse de un momento a otro.

Nicholson propone una película de sentimientos, pero en ningún momento llega a rematarlos. Intenta desmarcarse de la procedencia teatral y necesita para ello a tres buenos actores, que lo son, aunque deje sobreactuar a Annette Bening y exija una contención máxima a su compañero de reparto. En cuanto al personaje de Josh O’Connor, se muestra más centrado de lo que su entrada en escena parece prometer. Los diálogos están por encima de sus acciones en un drama elegante y agradecido en cuanto se para el Rubicón de los primeros minutos, bastante aturullados en las secuencias iniciales por mucho que todo el conjunto muestre aplomo y una serenidad expositiva que se agradece.

La producción no defraudará a un cierto sector del público, siempre y cuando cuenten con una edad avanzada. Sin embargo, en ningún momento da pistas ni demuestra los motivos de la ruptura. Habrá gente de la edad de los protagonistas que puedan diseñar una separación y en este aspecto el film no les ayudará para encontrar motivos ni soluciones. Únicamente, plantea una situación ya dada que tampoco le sirve para elucubrar demasiado sobre las consecuencias.

From → Cine

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